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En una peregrinación que comenzó al alba en el sector de la media luna y que

terminó cerca de las 14 horas con una misa en la Parroquia de Catapilco, la

tradicional Festividad de Cuasimodo volvió en gloria y majestad a la comuna.

Carruajes adornados de blanco y amarillo, personas a caballo, automóviles y jóvenes en bicicleta

fueron parte del colorido que entregó la fiesta de Cuasimodo, una celebración campesina que

ingresó en el calendario religioso de la iglesia católica chilena y que contó en Catapilco con cientos

de fieles que salieron a acompañar al párroco Pedro Vera en la entrega de la comunión a los

enfermos y ancianos.

La procesión, que hace largos años no se realizaba en la comuna de Zapallar, contó con la

participación a caballo del alcalde Gustavo Alessandri Bascuñán, concejales y huasos de la zona.

Para la máxima autoridad comunal, el objetivo de esta celebración fue querer rescatar una

tradición campesina y religiosa como cierre de las conmemoraciones religiosas de Semana Santa.

“Actualmente la Fiesta de Cuasimodo se celebra con especial fervor en parroquias de comunas

con arraigo campesino, como Isla de Maipo, Talagante y Melipilla, entre otras. En Catapilco,

localidad precursora de la agricultura en nuestro país, quisimos reflotar esta festividad que le hace

un honor a nuestras tradiciones”, agregó el alcalde Alessandri.

El Concilio de Trento, celebrado por la iglesia católica, entre 1545 y 1563, estableció la

conveniencia de comulgar al menos una vez al año. De acuerdo a esta norma, se hizo común que

los sacerdotes llevaran la comunión a los enfermos que no podían asistir a los templos católicos,

transformándose en una expresión de religiosidad popular característica de la Zona Central de

Chile, y desde sus orígenes, en la época de la Colonia, se celebra el domingo siguiente a la Pascua

de Resurrección.