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El académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la U. de Santiago, Cristhian Becker Cares, explica que en sus faenas productivas muchas compañías de la producción de cobre están utilizando maquinarias de antigua generación que consumen mucha energía y algo similar ocurre con las luminarias de las industrias. Además, sostiene que incrementar la eficiencia energética es factor clave para que Chile alcance el desarrollo.

El profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la U. de Santiago, Cristhian Becker Cares, afirmó que se requieren más medidas para incrementar la eficiencia energética en nuestro país, factor que en su opinión es clave para alcanzar el desarrollo.

El experto en eficiencia energética explica que cuando los países alcanzan el desarrollo, el consumo de energía decrece, “manteniéndose prácticamente plano y a su vez comienza a despegarse del PIB. Chile aún lo logra desacoplar el consumo de energía del PIB, y sin embargo estamos dentro de los países de la OCDE. Es inexplicable”.

En ese sentido, el profesional reconoce que “es difícil desacoplar esa curva porque requiere mucha inversión en lo que ya está instalado y que el empresario que va a invertir en una nueva empresa, faena o proceso, esté dispuesto a invertir más para tener menores costos de operación”.
Respecto a las medidas que según su parecer pueden ayudar a reducir el consumo eléctrico, Becker argumenta que lo principal es renovar la tecnología.

“Por ejemplo, en las oficinas para reducir el consumo se pueden cambiar los antiguos tubos fluorescentes T8 a tubos T5 o a tubos led y con ello el consumo se reduciría considerablemente y con la misma calidad de luz”, sostiene.
El docente acota que el sector industrial también debe renovar la tecnología. “A nivel industrial usan lámparas de descargas de alta presión cuando tal vez podrían usar la misma de alta presión pero con una generación más moderna, o de inducción electromagnética o derechamente led. Y con la misma cantidad de luz”, puntualiza.

Asimismo, Becker explica que en algunos sectores productivos simplemente no son capaces de ahorrar “o no son capaces de adquirir nuevas tecnologías que hagan lo mismo por menos watts. Cuesta que las empresas hagan inversiones fuertes, por ejemplo, en el sector minero los accionamientos de las máquinas eléctricas que están en los molinos de material y en las correas transportadoras, son grandes consumidores de energía”.

Junto con ello, el experto advierte que los municipios deberían estudiar con más calma la renovación del obsoleto alumbrado público por luminarias led.
“Debería hacerse una evaluación entre la lámpara de inducción electromagnética y la lámpara led por los costos de operación, los costos de la tecnología y por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de todo el ciclo, porque tengo la impresión que la lámpara led requiere un proceso energético mayor que la lámpara de inducción electromagnética, y además esta última tiene una calidad de luz muy prestigiada, incluso algunas ya se pueden ver en calles de la comuna de Vitacura”, asegura.

Becker enfatiza que, como valor agregado, estas medidas también son una solución para cuidar el medio ambiente. “Esto está asociado con el medio ambiente porque si somos más eficientes estamos consumiendo buena energía, y si estamos consumiendo buena energía, estamos usando menos centrales térmicas y por tanto, estamos emitiendo menos gases de efecto invernadero”, subraya.

Cambio de horario

A su vez, el profesor Becker analizó desde el punto de vista energético la medida del Gobierno de reinstaurar el horario de invierno a contar de mayo.
“Creo que desde ese punto de vista es más inteligente conservar el horario de verano. Comparativamente, cuando se mantuvo todo el año, se ahorró un 1 por ciento a nivel residencial, que es del orden de los 16 millones de dólares, tomando en cuenta que el consumidor residencial es el que paga la energía más cara de todo el sistema; el kwh le cuesta del orden de los 120 pesos, mientras que a nivel industrial el kwh cuesta solo unos 80 pesos”, señala.
En esa línea, el experto reconoce que “seguramente hay factores sociales que están manifestados de manera electrónica o de manera verbal para retomar el horario de invierno, porque no hay estudios especializados que sostengan que nos afecte si amanece más tarde, son más bien cosas de hábitos”, comenta.

Finalmente, el docente manifiesta su intención de implementar en la Universidad, en un plazo breve, un laboratorio de eficiencia energética “porque creo que eso debiese estar confiado a las universidades estatales, porque si es una política pública, el gobierno debiese depositar su confianza en los especialistas, que somos nosotros”.

Por Andrés Zanetti A.