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El especialista en historia del derecho y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Cristóbal García-Huidobro, afirma que la iniciativa que pretende reimpulsar la diputada RN Camila Flores, para sancionar a violadores de menores, no se ajusta al funcionamiento de la justicia actual, centrada en la rehabilitación de quienes cometen un delito. “No por la castración química la parafilia va a cambiar. Incluso, se puede mantener latente o derivar en otros trastornos peores”, advierte. Además, rechaza que sanciones como esta logren disuadir este crimen, ya que estudios de política criminal comprobarían que no se disminuye el delito porque la pena sea más dura.

Castrar químicamente a violadores de menores es el objetivo del proyecto cuya discusión pretende reimpulsar en el Congreso la diputada RN Camila Flores. “Queremos que existan medidas que no sólo inhabiliten a los violadores de seguir cometiendo delitos, sino que tengan sanciones ejemplificadoras”, sostuvo. La autora original de la iniciativa, que no prosperó en 2014, fue la ahora intendenta metropolitana Karla Rubilar.

Para el experto en historia del derecho y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Cristóbal García-Huidobro, la castración como medida sancionatoria, aunque sea química, responde a una forma de concebir la justicia utilizando lógicas del pasado. “Este tipo de penas de carácter corporal, como la castración química, difícilmente tienen asidero en el derecho actual. Recuerdan penas en otros países del mundo, relativas al cercenamiento”, afirma.

Para el académico de la Facultad de Derecho del plantel estatal, el objetivo de la justicia en la actualidad es que quien cometa un delito logre rehabilitarse, para que no vuelva a incurrir en la misma falta. Lo último entendido como una meta, independiente de si lo logra o no. Sin embargo, en el caso del proyecto, este objetivo no se cumpliría, considera el especialista en historia de las instituciones jurídicas, políticas y sociales.

“Una persona puede ser sancionada con la castración química, para disminuir su deseo sexual. No obstante, no por eso la parafilia va a cambiar. Incluso, se puede mantener latente o derivar en otros trastornos peores”, advierte el coordinador general de la Revista Chilena de Derecho. También, agrega que “este tipo de medidas si no contempla un acompañamiento psiquiátrico y psicológico, no sirve de nada”.

En ese sentido, el académico duda que la medida sea disuasiva. Al respecto, señala que en otros países como Estados Unidos se ha utilizado, pero sin mucho éxito. “No porque la pena sea más dura se cometen menos delitos y eso está muy comprobado en estudios de política criminal”, sostiene.

Finalmente, advierte que la sanción que pretende reimpulsar la diputada Flores implicaría que todos los chilenos financien el tratamiento de abusadores de menores, ya que sería el Estado quien tendría que suministrar medicamentos para este efecto. “Aquí, no está primando una perspectiva jurídica ni política. Estamos pensando desde la lógica del impacto que producen estas normas extremadamente severas, que no logran necesariamente el resultado que se está buscando”, concluye.