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Académico del departamento de Física y Astronomía de la UV realizó una revisión de las más creíbles teorías que explicarían el origen de la Estrella de Belén más allá de su simbolismo cristiano.

 

La Estrella de Belén es uno de los símbolos de la Navidad. Este astro ha sido protagonista de famosos cuadros, películas, postales navideñas y frecuentemente corona el árbol en las festividades de fin de año. Sin embargo, a pesar de ser uno de los objetos astrales más reconocidos en el mundo entero, la ciencia moderna no ha podido explicar con certeza su origen.

 

Un cometa, una supernova, conjunciones planetarias o la ocultación del planeta Júpiter por la Luna son, hoy día, algunas de las teorías plausibles que podrían explicar la naturaleza de la estrella más famosa de la historia.

 

En el marco de la última conferencia del ciclo de charlas de Astronomía, que organizan el Departamento de Física y Astronomía y la Dirección de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Valparaíso, el doctor Martín Gaskell, astrofísico, académico e investigador de núcleos activos de galaxias, hizo una revisión de las hipótesis más creíbles que podrían responder a una de las interrogantes que ha estado latente por a lo menos dos milenios en la mente del hombre: ¿qué fue la Estrella de Belén?

 

En la historia

 

El doctor Gaskell, basado en textos bíblicos y epístolas del mundo antiguo, hizo algunas precisiones: “En el Evangelio de San Mateo (capítulo 2), se registra que la estrella inspiró a los magos (en su viaje) y que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Asimismo, se señala que gobernaba Herodes I el Grande cuando Jesús nació”.

 

Tal como lo recordara el académico, también en el evangelio de San Lucas existen narraciones adicionales de la natividad que entregan datos como, por ejemplo, que el emperador Augusto, a través de un decreto, mandó hacer un censo de población, lo que obligó a María y José a viajar a Belén. Asimismo, el historiador romano Flavio Josefo registró que Herodes murió poco después de un eclipse lunar. El doctor Gaskell estimó que este fenómeno debería haber sucedido, probablemente, en el año 5 a.C.

 

Con respecto a los magos, aclaró que “San Mateo no dice cuántos magos había. Sabemos sólo que hubo dos o más”. Además, acotó que en ninguna parte se les nombró como reyes, no obstante eran bien conocidos en el mundo antiguo.

 

“Los magos eran astrónomos, venían de la capital de la astronomía en esa época, Babilonia —¡el Chile del mundo antiguo!—, y fueron muy importantes en esa ciudad, ya que ellos formaban y escogían a los reyes. Además, esto sucedió bajo el Imperio Parto, una superpotencia del mundo. Había una paz cautelosa entre ellos y Roma (esta última no quería provocar un conflicto con los partos), por lo tanto los magos habrían gozado de inmunidad diplomática a lo largo de su desplazamiento”.

 

El misterio de la Estrella de Belén conduce a una pregunta clave, algo así como el Santo Grial, para quienes estudian estos enigmas: ¿cuándo nació Jesús?

 

Un cálculo erróneo

Tal como lo explicó el doctor Gaskell, en el año 525 d.C., el papa Juan I encargó al monje erudito y matemático Dionisio el Exiguo, el establecimiento de la fecha de nacimiento de Jesucristo, como año primero de la era cristiana.

 

“Dionisio cometió dos errores importantes, al no proveer a nuestra era de un ‘año cero’ (cifra aún desconocida por ellos) y al datar el reinado de Herodes I el Grande (donde tuvo una equivocación de 4 a 5 años). Este error fue descubierto en 1605 por el historiador jesuita polaco, Laurentius Suslyga, quien fue el primero en afirmar que Jesucristo, en realidad, nació alrededor del año 4 a.C. Este descubrimiento inició la nueva era de la investigación de la Estrella de Belén”.

 

Relación astronomía e historia

 

La importancia de estos hechos conlleva una importante connotación para explorar la conexión entre la astronomía y la historia. Con respecto a las teorías consideradas plausibles a la fecha, el profesor Gaskell descartó la posibilidad de que la Estrella de Belén fuera una supernova, ya que se cuenta con antiguos registros chinos que no mencionan una supernova en la época del nacimiento de Jesús. “La más antigua registrada fue en el año 185 d.C”, afirmó.

 

También el académico refutó la teoría del cometa Halley. Explicó que la mayoría de los cometas vienen desde muy lejos del Sol y son inesperados. Halley se acerca al Sol, con regularidad, en un período de 76 años. Su aparición más próxima al nacimiento de Jesús ocurrió en el año 12 a.C.

 

En el año 1301 hubo un acontecimiento visible de un cometa, inmortalizado por el artista Giotto, quien se inspiró en él para dar forma a la Estrella de Belén de su obra “Adoración de los magos”, la que fue pintada tres años después.

 

Sin embargo, el doctor Gaskell aseguró que el paso de un cometa brillante y de gran cola fue registrado por los chinos el año 5 a.C. Este hecho para el científico es un fuerte candidato para ser asociado con parte de la historia de la Estrella de Belén.

 

También una alineación planetaria se acercaría al nacimiento de Jesús. “Johannes Kepler (1571-1630), famoso astrónomo alemán, fue el primero en relacionar la Estrella de Belén con una unión de Júpiter, Saturno y Marte. “Kepler calculó que Júpiter, Saturno y Marte sólo se reúnen cada 800 años, llegando a la fecha 7 a C.”, confirmó el científico.

 

Otra explicación muy aceptada es una triple conjunción: “Cuando Júpiter y Saturno parecen venir juntos desde el cielo, pero por giro retrogrado de Júpiter este fenómeno puede suceder tres veces en el mismo año. Esto ocurrió en el 7 a.C. y el evento fue descrito por los babilónicos”.

 

Una nueva teoría es que la Estrella de Belén fue producto de dos ocultaciones del planeta Júpiter por la luna en el año 6 a.C. El doctor Gaskell mostró cómo este evento fue ilustrado en las monedas de la época.

 

Sumando otro punto interesante al análisis, la gran luminosidad que siempre se ha asociado al astro, el investigador afirmó: “Lo que los magos vieron e interpretaron probablemente debe haber sido algo sutil, que sólo un astrónomo hubiese podido percibir. Nadie en Israel parece haberse dado cuenta de la aparición de la estrella”.

 

Esta teoría deja abierta las posibilidades de que la Estrella de Belén fuera una invención, producto de la imaginación del hombre, para dar mayor realce al nacimiento de Jesús, o un evento sobrenatural.

 

Finalmente, el académico concluyó que aunque hay algunas posibles explicaciones muy creíbles, “si me preguntan qué fue la estrella de Belén, honestamente no lo sé. Creo que nos vamos a quedar sin saber lo que era, a menos que exista alguna evidencia nueva e importante”.