"Donación de hígado fue milagro del Padre Hurtado"
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El microempresario Paulino Araneda (57) vivió las tres semanas más horribles de su vida. Su mujer, Wanda Vasconcello, que padece una cirrosis hepática autoinmune, estuvo a punto de dejar este mundo por falta de un donante de hígado.
Pero quiso la buena fortuna que la mujer, que se encontraba en extrema gravedad, recibiera este lunes la donación del preciado órgano. Fueron siete largas horas de intervención quirúrgica en el hospital Clínico de la Universidad Católica, que tienen ahora a la paciente en favorable evolución, aunque aún de gravedad.
"Faltaba sólo un día para que se cumpliera el plazo fatal. Gracias a Dios justo llegó el hígado de un varón. Creo que fue un milagro del Padre Hurtado", señaló Araneda.
Él y Wanda son de Villa Alemana y con mucho esfuerzo construyeron una pequeña empresa de diseño de muebles finos. A puro ñeque ambos educaron a sus dos hijos.
Según el doctor Nicolás Jarufe,las primeras 48 horas son cruciales para la salud de Wanda.
