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En el contexto del mes del Climaterio y la Menopausia:
Mitos y verdades sobre la terapia de reemplazo hormonal
Los síntomas más característicos del climaterio son los sofocos o bochornos, calores intensos y
repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando una incómoda sensación de calor
extremo.

 La disminución de producción de estrógenos en esta etapa de la mujer, también es responsable
de cambios en el ánimo, alteraciones en el sueño e inestabilidad emocional. 
Santiago, octubre de 2021 –.
El ciclo hormonal de las mujeres, que se hace evidente a partir de la primera regla, comienza
su declive en la etapa del climaterio, en que las mujeres generalmente comienzan con sofocos
o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la mujer, provocando
una incómoda sensación de calor extremo. Pero, aunque con irregularidades, el climaterio no
finaliza con la llegada de la menopausia.
La menopausia y climaterio están muy relacionados, pero no son lo mismo. La primera se
refiere al momento cuando ocurre la última regla, que puede presentarse entre los 45 y los 55
años, siendo más habitual en torno a los 50. En cambio, el climaterio es el período anterior y
posterior a la menopausia y es durante el cual se producen los conocidos síntomas de esta
etapa como: sofocos o bochornos, calores intensos y repentinos que toman por sorpresa a la
mujer, provocando una incómoda sensación de calor extremo. También se produce la
reducción de los niveles de la hormona estrógeno, responsable de cambios en el ánimo,
alteraciones en el sueño e inestabilidad emocional.
El climaterio es parte del ciclo endocrino en el que finaliza la producción de hormonas
femeninas y que, del mismo modo que las adolescentes aprenden a regular su ciclo menstrual
con la ayuda de anticonceptitvos orales, las mujeres en etapa climatérica pueden hacerlo con
el apoyo de una terapia de reemplazo hormonal (TRH), pero con otro fin: permitir a su cuerpo
no experimentar, o aminorar, el impacto de la supresión hormonal.
Respecto al beneficio que podría aportar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la Dra.
Claudia Parra, ginecóloga y especialista en climaterio, cirugía oncológica y reconstructiva de
mama del Instituto Nacional del Cáncer y de Clínica Indisa, explica que “en la mujer
menopáusica, la terapia de reemplazo reduce la desmineralización ósea, aumentando la
densidad, reduciendo así el riesgo de fractura. Cuando se inicia la terapia en mujeres más
jóvenes (50-60 años, o antes), tienen menor riesgo de enfermedad cardiovascular que aquellas
que no toman la terapia de reemplazo. Asimismo, se observa en estas mujeres menor
posibilidad de desarrollar demencia y una mejora global de la calidad de vida sobre todo en los
molestos síntomas asociados al climaterio”.
La terapia hormonal consiste en un grupo de preparaciones con hormonas sexuales que se
administran en casos de bajos niveles de estrógenos. Existen dos tipos: la terapia estrogénica
sola, y la terapia combinada de estrógeno-progesterona. Es importante hacer la distinción ya
que existen diferencias significativas en su indicación y riesgo – beneficio.
“El uso de terapia hormonal, como opción terapéutica en la mujer menopáusica, se debe
considerar en el contexto de cada paciente, tomando en cuenta sus molestias o
preocupaciones, enfermedades concomitantes y los hallazgos físicos”, agrega la doctora Parra.

Respecto de cuándo es importante iniciar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la
doctora Claudia Parra sugiere que “lo ideal es partir con la terapia al inicio de los síntomas, o
dentro de los diez primeros años de iniciada la menopausia, es decir, antes de los 60 años”.
Entre los clásicos mitos en torno al consumo de hormonas en el climaterio, está que producen
efectos adversos como la generación de cáncer. “La terapia de reemplazo hormonal no tiene
como efecto secundario el cáncer, sino al contrario, la utilización de una TRH que solamente
consista en estrógenos pareciera tener un efecto protector para el cáncer de mama. Del mismo
modo, hago hincapié en que la falta de estrógenos es un factor importante de riesgos, ya que
sin estas hormonas circulando por el organismo hay un aumento en la posibilidad de
desarrollar enfermedades cardiovasculares después de los 50 años, además de mayores riesgos
de osteoporosis, demencia e incluso Alzheimer”, comenta la especialista.
Entre las recomendaciones que la doctora Parra entrega a aquellas mujeres que comienzan su
etapa de climaterio, están “la promoción de un estilo de vida saludable y autocuidado, lo que
requiere un espectro multidisciplinario en la vida de toda mujer, comenzando con una dieta
balanceada y ejercicio; atención a la salud mental y momentos de expansión. Se requiere un
nuevo paradigma en la relación médico-paciente, en donde el médico se convierte más en un
asesor y la paciente toma responsabilidad de su propia salud“.
Acerca de los efectos psicológicos de la etapa del climaterio, Claudia Parra menciona que “la
pérdida de la fertilidad, principalmente en mujeres que han decidido posponer su maternidad
por motivos profesionales, llevar a un estado de profundo cuestionamiento. Por otra parte, la
sensación de sentir que el tiempo ya ha pasado, que llega la vejez, tiene también sus efectos
emocionales. También para algunas mujeres esta etapa significa liberación, porque no hay que
preocuparse de embarazos no deseados, consolidación económica, etc”.
Es importante tener presente que para iniciar el uso de la terapia de reemplazo hormonal, la
paciente debe acudir a un especialista para que, en base a su historia clínica, examen físico y
exámenes complementarios, se evalúe su caso y así decidir la mejor terapia de acuerdo con el
perfil de cada mujer.