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Cuando llega el invierno, los niños son los que quedan más expuestos al contagio de virus
que proliferan con las bajas temperaturas. Por lo mismo, es muy común que los padres
intenten prevenir algunas enfermedades usando remedios caseros o incluso con
productos como dulces de menta o yogures con probióticos. ¿Qué tan efectivos son?
Según el Dr. Eduardo Jerez, Pediatra de Clínica RedSalud Santiago, existen algunos
productos que son más efectivos que otros para disminuir síntomas, pero que ninguno
cura definitivamente una enfermedad. Es por ello que el experto derriba algunos mitos y
entrega recomendaciones simples pero efectivas, donde la prevención es el concepto
clave.

Té con miel o miel con limón:

Según el Dr. Jerez la miel es recomendable ya que “tiene ciertas propiedades que usan
algunos fármacos potenciadores de la inmunidad. La miel con limón es un mecanismo
muy eficiente para disminuir los síntomas en la garganta. El limón por sí sólo permite
activar la secreción de la saliva, por lo que ayuda con la humedad. De todas formas, es
importante recordar que eso sólo alivia los síntomas”. No obstante, como hay niños que
podrían ser alérgicos a la miel, sugirió usarla a partir del año de vida o cuando ya se tenga
la certeza que ésta no producirá reacciones adversas en ellos.

Dulces de menta:

Pese a que existe la creencia popular de que los dulces de menta pueden ayudar a
prevenir una enfermedad respiratoria, el especialista de Clínica RedSalud Santiago, tiene
ciertos reparos con esa afirmación.
“Siempre que hay un cuadro que afecta la garganta, se produce inflamación, sensibilidad y
sensación de picazón interna. Eso hace que el niño carraspee o tosa, lo que no le hace
bien. Cualquier producto que signifique activar la salivación, como lo hace el limón, por
ejemplo, puede servir para aliviar los síntomas. Los dulces de menta podrían ser útiles
para eso, pero hay que recordar que estos vienen con azúcar añadida, a veces en muy
altos índices y no de muy buena calidad”.

Yogures con probióticos:

Los productos que últimamente se han puesto de moda son los yogures o lácteos con
probióticos. El pediatra aclara que estos podrían ser útiles, pero bajo algunas condiciones.

“Los probióticos están ampliamente validados en la literatura mundial como
microorganismos que fortalecen las defensas naturales. Sin embargo, cuando están en
lácteos, como yogures, tienen que mantener la cadena de frío para actuar. Si se corta esa
cadena, los probióticos pierden su efectividad. Por eso no sirve echarlos al carrito cuando
uno llega al supermercado, porque puedo pasar incluso una hora dándome vueltas en el
lugar. La recomendación es que, si se deciden a comprar esos productos, que los saquen
de las góndolas al final, cuando estén a punto de pasar por la caja, para no romper la
cadena de frío”.
Recomendaciones útiles
Para el profesional, lo más eficaz cuando bajan las temperaturas, es “mantener abrigados
a los niños adecuadamente, pero no hay que exagerar. No conviene tapar a un niño con
ropa como si fuera al Polo Norte, porque eso puede provocar que transpire mucho cuando
juegue. El poco abrigo tampoco es bueno. No hay que desabrigarlos mucho pues eso
también es riesgoso. Lo ideal es utilizar la técnica de abrigar por capas, que permite ir
aumentando o disminuyendo el abrigo según la temperatura ambiente y así ir adaptando
a los niños a los cambios que pueda haber tanto dentro del hogar como fuera de este. Con
eso es más fácil conseguir una temperatura estable todo el tiempo”.
El experto también aclara que hay que enseñarles a los niños cómo toser. “Cuando se
estornuda o cuando viene la tos, hay que taparse la boca con el brazo y no con la mano,
porque el virus se puede transmitir si el niño toca a otro”, comentó Jerez.
Por último, advierte que un cambio de ropa también es recomendable. “Siempre que sea
posible, se aconseja a los padres que cambien el uniforme a sus hijos cuando lleguen de
colegio y realicen un buen lavado de manos, para evitar contagios. También la idea es que
se haga de forma permanente en días que no tienen clases”.