
En el cuidado de la salud bucal, además del buen cepillado y
visitas regulares al odontólogo, existe otro factor que juega un
rol relevante y que muchas veces pasa desapercibido: la
adecuada presencia de flúor en los dientes. Conoce dónde
encontrarlo y las últimas innovaciones en salud.
En las últimas semanas, el tema del flúor ha
vuelto a instalarse en la conversación pública internacional, luego de
que algunas comunidades en EE.UU. revisaran sus políticas de uso en
agua potable. Esta discusión ha generado dudas sobre su aplicación
cotidiana, especialmente en temas relacionados con la salud bucal.
Frente a eso, especialistas recuerdan que el flúor, utilizado de forma
controlada, es uno de los mayores aliados en la prevención de caries,
fortaleciendo el esmalte y ayudando a revertir lesiones incipientes.
En Chile, esta estrategia de salud pública está consolidada desde hace
décadas. De hecho, nuestro país fue pionero en América Latina al
implementar oficialmente el Programa Nacional de Fluoración del
Agua Potable en 1981, tras estudios previos desde los años 50. Hoy, más
del 80% de la población accede a este beneficio. Además, existen
programas complementarios —como la fluoración de la leche escolar
en zonas rurales— para garantizar su cobertura incluso en lugares
donde esta medida no es viable.
Más allá del cepillo: cómo actúa el flúor
“El flúor actúa sobre la superficie del diente creando una barrera de
defensa contra los ácidos generados por bacterias después de
consumir alimentos. Además, tiene la capacidad de remineralizar el
esmalte, evitando que pequeñas lesiones avancen y se conviertan en
caries profundas”, explica el Dr. Nicolás Grasset, Clinical Specialist de
Solventum.
El especialista agrega que el flúor está presente en productos de uso
diario y en tratamientos profesionales, muchos de ellos ampliamente
disponibles en el sistema de salud o en el mercado chileno. Algunos
ejemplos:
Agua potable fluorada: Más del 80% de la población accede a
agua potable con niveles controlados de flúor, gracias a una
política pública vigente desde 1981.
Pastas dentales: La mayoría de las marcas disponibles en
farmacias y supermercados contienen flúor como ingrediente
activo para prevenir caries y fortalecer nuestros dientes.
Enjuagues bucales: Algunas fórmulas —especialmente
recomendadas por odontólogos— incorporan flúor para
fortalecer el esmalte entre cepillados.
Barnices y geles profesionales: Aplicados en clínicas dentales,
ofrecen una dosis concentrada para personas con riesgo elevado
de caries, como niños o pacientes con ortodoncia.
Fluoración de la leche escolar: En comunas rurales sin acceso a
agua fluorada, el Ministerio de Salud entrega leche fluorada como
parte de programas de prevención.
Tratamientos clínicos avanzados: Como Clinpro Clear Fluoride
de Solventum, que libera flúor de forma rápida y efectiva, sin
colofonia, ideal para pacientes con sensibilidad o alergias y con
alto riesgo de caries.
“Este tipo de productos permiten una aplicación cómoda, segura y con
absorción efectiva en apenas 15 minutos, lo que optimiza el tiempo
clínico y mejora la experiencia del paciente. El objetivo es facilitar
tratamientos eficaces, cómodos y accesibles que se complementen con
el cepillado diario, sin reemplazarlo”, sostiene el Dr. Grasset.
Y aunque en algunos países el uso del flúor pueda ser revisado, en Chile
su impacto positivo está ampliamente documentado. “El mensaje es
simple: el flúor es seguro, útil y necesario cuando se usa correctamente.
Es un complemento, no un reemplazo del cepillado ni de las visitas
regulares al dentista”, concluye el Dr. Grasset.
Seis consejos para cuidar tu boca más allá del flúor
Como parte del enfoque preventivo, el especialista de Solventum
comparte recomendaciones sencillas que pueden marcar una gran
diferencia en la salud bucal diaria:
- Cepillado adecuado y con buena técnica: Usar un cepillo de
cerdas suaves, hacer movimientos circulares e inclinarlo hacia la
encía ayuda a una limpieza más efectiva. - Elegir bien el enjuague bucal: No todos sirven para lo mismo.
Algunos protegen encías, otros ayudan a prevenir caries o
refrescar el aliento. - Hidratación continua: Tomar agua no solo limpia; también
estimula la saliva, que es una defensa natural contra bacterias. - Limpiar la lengua: También acumula bacterias, por lo que debe
limpiarse diariamente con un cepillo o raspador lingual. - Masajear las encías: Suavemente, con un dedo limpio o el cepillo,
para mejorar la circulación y fortalecer el tejido gingival. - Snacks que ayudan: Manzanas, zanahorias y apio, al masticarse,
ayudan a limpiar la superficie dental y aumentar la producción de
saliva.