Educación en la naturaleza: esencial para el desarrollo integral de las nuevas generaciones.

Por : Matías Knust
Sociólogo de las infancias.

En los últimos días, se ha discutido la posibilidad de eliminar el Crédito con Aval del
Estado (CAE) en la educación superior, propuesta que el gobierno ha enviado al
Congreso, en una nueva fórmula para el Financiamiento de la Educación Superior (FES).
Esto, junto con la dilatada discusión sobre los Servicios Locales de Educación Pública
(SLEP), o la reforma a la Educación Parvularia, pone nuevamente en el centro del debate
la importancia de repensar nuestro sistema educativo. En este contexto, una propuesta
que merece más atención y desarrollo en Chile es la educación en la naturaleza.
En las últimas décadas, las infancias han experimentado cambios significativos en sus
hábitos y estilos de vida. Niños y niñas cada vez pasan menos tiempo al aire libre, lo que
ha llevado a lo que Richard Lou denomina como “déficit de naturaleza”, fenómeno que
impacta negativamente en su desarrollo físico, emocional y social. Actualmente, 11% de
los menores del país viven en zonas rurales y 89% en zonas urbanas. Según JUNAEB
uno de cada cuatro padece malnutrición por exceso, y 6% sufre de obesidad severa. Las
pantallas tienen a la infancia adicta, perdiendo la capacidad de jugar y conversar en el
mundo real. Robert Pyle, plantea que, debido a esta urbanización creciente, pérdida de
biodiversidad y de contacto con la naturaleza, la infancia estaría ad portas de la “extinción
de la experiencia”.
En todo el mundo se ha impulsado la creación de Escuelas en la Naturaleza, como los
Waldkindergarten y las Forest Schools. Estos modelos educativos se basan en la
experiencia directa con el entorno natural y han demostrado múltiples beneficios para el
desarrollo infantil. En Noruega, los niños realizan actividades al aire libre durante gran
parte de su jornada, fortaleciendo su motricidad, creatividad, cooperación y autonomía. En
Alemania, más de 2.000 jardines infantiles funcionan diariamente en el bosque, donde los
niños aprenden a través del juego libre, desarrollando habilidades sociales, resiliencia y
un profundo respeto por la naturaleza.
En Chile, la educación al aire libre ha ido ganando terreno, aunque falta mucho para que
se masifique y se incorpore como una práctica común en la educación formal. Desde
Granjaventura, en Santiago, se ha trabajado durante más de 20 años promoviendo este
tipo de educación, basada en el amor por la naturaleza y la búsqueda de la sostenibilidad,
fomentando el diálogo sobre este tema, apoyando eventos que conectan a educadores y
expertos como fue el Seminario Internacional Educación Inicial, Naturaleza y Bienestar.
En este sentido aún falta capacitar a profesionales de la educación parvularia y básica ya
que su rol es clave.
En esta línea, la agenda tiene dos actividades importantes. El 28 de octubre la Fundación
CIFREP, apoyará el “V Seminario Internacional de Geografías de las infancias y las
juventudes UAH: territorio, felicidad y naturaleza como principios fundamentales de la
transformación educativa” a desarrollarse en la Universidad Alberto Hurtado. El 29 y 30
estamos coorganizando y participando en el Seminario Internacional “Educación inicial en
espacios naturales y socioculturales de la región de Valparaíso”, donde destacados
académicos internacionales como Francesco Tonucci de Italia y Lea Tiriba de Brasil, entre
otros, compartirán experiencias con profesionales de la educación del sistema público
como JUNJI, Fundación INTEGRA y el Servicio Local de Educación Pública (SLEP), y del

mundo privado en la Universidad de Playa Ancha y diversos lugares de Valparaíso.
Finalmente, en diciembre, realizaremos en Granja aventura el Seminario Internacional
“Infancia, Naturaleza y Bienestar” con la referente del mundo hispanohablante, Katia
Hueso.
Hoy más que nunca, necesitamos una educación que mire hacia el futuro, que se atreva a
concebir el aula como lugares abiertos más allá de los cuatro muros, utilizando los
espacios naturales y socioculturales como lugares de aprendizaje cotidianos. La
educación en la naturaleza no debe ser un lujo, sino un trabajo pedagógico cotidiano para
asegurar el desarrollo integral y sostenible de las próximas generaciones.

Las opiniones vertidas en esta columna, son de exclusiva responsabilidad de quien las emite, y no necesariamente, representan el pensamiento de Marga Marga Online.