
Representantes de nueve organizaciones como FODEP, ONG Entorno, Unesco, FESEPV,
MER, FENAEDUP, APROJUNJI, ANDIME y AFAEB, participaron en la jornada de
presentación del Informe de Alimentación Escolar realizado de manera autogestionada por
la Mesa de Seguimiento del Foro por el Derecho a la Educación Pública hace algunos días
en dependencias de JUNAEB. La instancia sirció para elaborar las conclusiones de dicho
informe.
Juan González López, investigador en Educación a cargo de elaborar el informe, señaló que
“los sentidos que esta política de alimentación han sido diversos históricamente.
Actualmente, el programa de alimentación tiene que ir mucho más allá de una nutrición al
menor costo posible, como hoy día está ocurriendo con la mercantilización del sistema. Hay
que repensar el sistema de alimentación escolar desde los múltiples sentidos que una
política pública”.
Paola Ramírez Muñoz, Secretaria Nacional de la Asociación de Funcionarios de JUNAEB-
AFAEB, explicó que el Programa de Alimentación Escolar, alojado en a propia JUNAEB, “no
solamente es brindar una buena alimentación, sino que también lo que nosotros
pretendemos es que esta sea nutritiva, que pueda complementar la alimentación diaria que
tiene el estudiante. Además, que lo sea en aspectos de calidad, con buenos productos, que
puedan llegar a la satisfacción de cada uno de quien consume la ración diaria”.
La dirigenta añadió que “este trabajo se está llevando a cabo para ver de qué forma
nosotros podemos influir. Tener un modelo de un programa de alimentación que sea distinto
y que no sea dentro de este sistema capitalista que hoy día está en la concentración de la
incorporación de grandes empresas. También que de paso a los productores locales de una
forma más real, que estén presentes en los territorios, en la alimentación escolar”.
Poe su parte, Dantón Vera, director nacional de la Federación de Trabajadores de la
Educación Pública, FENAEDUP, destacó la jornada como un “ejercicio ciudadano”. Vera
expuso que “si estamos en un escenario de construcción de una Ley de Alimentación
Escolar (anunciada por el Gobierno), creo que hay que tener incidencia en ese espacio. Yo
creo que ese debería ser un desafío para nosotros como organizaciones. Poder
incorporarnos a esta conversación, con estas miradas y estos enfoques, como un desafío
urgente y prioritario en este momento”.
La voz de la experiencia
En la jornada también estuvieron presentes dos figuras que tienen mucho que decir en
términos de la gestión que se realiza desde JUNAEB en torno al Programa de Alimentación
Escolar. Antonio Infante, primer director nacional de la institución tras la dictadura, se
encargó de “poner en marcha una JUNAEB, que ya no era la cocina de Chile, sino que era
un programa de bienestar estudiantil con distintos programas. Creo que el programa (de
alimentación) debe respetar y formar en hábitos alimentarios a los estudiantes. Por lo tanto,
tener que ver con la cultura culinaria nacional y con recomendaciones de ojalá dieta
mediterránea y todo lo que hoy día se habla como algo saludable”.
“Lo que ofrecen las empresas concesionarias son costos que no son alcanzables por las
pequeñas experiencias. Creo que la innovación va a estar mucho más en la construcción de
minutas y de agregados en las distintas minutas que en la posibilidad de que haya
proveedores locales, porque la competencia y finalmente el precio a la ración es demasiado
importante si uno quiere que coman más niños. Ahora, si uno toma la decisión de que
coman menos y mejor, son decisiones políticas muy complejas”, agregó.
Ángela Cornejo Bustos, quien fue jefa del Programa de Alimentación Escolar de JUNAEB
por varios años, aseguró que esta política pública es “demasiado importante para los
alumnos. Por lo tanto, debiera ser un proceso que siempre se esté revisando, porque esta
cosa hoy día es dinámica. Hay muchas, muchas necesidades no solo de alimentación
normal sino que de otro tipo de alimentación. Hay todo un tema que es importante ir
mirándolo y corrigiéndolo si es que corresponde”.
Sobre la presentación del informe, añadió que es “una instancia súper importante, porque te
permite buscar un montón de gente que están en otros ámbitos de desarrollo mirando el
programa, desde otra perspectiva, y que te muestren realidades distintas. Este debiera ser
un proceso regular donde uno pudiera ir retroalimentándose de estos nuevos enfoques.
¿Podría ser vinculante este tipo de actividades, por ejemplo, en cuanto a la formulación de
un programa más moderno? Claro, yo creo que aquí hay… Es muy importante que… Esto es
una cuestión más política, creo yo, que todos los actores puedan contribuir a una política
pública de este tipo. Es una política demasiado cara para que no sea buena, en el fondo. Y
por lo tanto, cuando tú tienes actores de distintas perspectivas mirando el programa,
obviamente que se enriquece. No cabe duda de eso. Dada su experiencia, ¿cuál cree que
es el paso que tienen que seguir las organizaciones y también el mismo servicio en cuanto
a esta política de alimentación? Yo creo que el servicio hace tiempo que está haciendo
algunas modificaciones, pero las hace al interior de la FUNADEF y prácticamente para
hacer licitaciones públicas. Yo creo que en este caso hay distintas organizaciones, por lo
menos a mí me tocó ver, que se interesan en el quehacer de la FUNADEF y nosotros les
podemos preguntar a ellos. Yo creo que sí hay actores como los profesores, que tienen que
estar unidos a este concepto del programa de alimentación. Tienen que estar los directores,
tienen que estar los padres, tienen que estar un montón de gente involucrada. Y esa es la
forma en que yo creo que el programa pudiera ser más completo. Y también que el padre,
por ejemplo, sepa la importancia que tiene el programa de alimentación para su hijo. No que
el hijo vaya al colegio y el padre apoderado no tenga idea de lo que es. O sea, tiene que ser
mucho más masivo. La FUNADEF no debería salir por malas licitaciones en la opinión
pública. Debería estar, no sé, buscando formas de involucrar a otros actores en este tema.
Estas políticas tampoco son de un día para otro. Yo creo que estas políticas tienen que ser
conversadas y dar tiempo de maduración. Y mientras más actores puedan concurrir, mejor
va a ser en una política pública.