Estudio de la Universidad de Playa Ancha (UPLA) que monitorea el
registro de nieves de los últimos 21 años en dicho sector de la
Cordillera de Los Andes, será fundamental para desarrollar sistemas de
pronósticos y preparar planes de contingencia, de respuesta y de
adaptación.
A un año de iniciado el proyecto “Observatorio Satelital de Nieves”,
financiado por el Concurso IDEA de Investigación y Desarrollo 2020,
FONDEF, cuyo objetivo es la generación de una plataforma de base de datos
sobre nieves de la Cordillera de los Andes, los investigadores de las
facultades de Ciencias Naturales y Exactas e Ingeniería de la Universidad de
Playa Ancha (UPLA) ya cuentan con la primera base de datos de nieve de los
últimos 21 años de la Cuenca del Río Aconcagua.
Tras el análisis de imágenes satelitales gratuitas de los programas MODIS,
Landsat y Sentinel, unida la información recogida en terreno con drones
durante el invierno en la Cuenca del Aconcagua, los resultados son poco
alentadores. En los últimos 21 años se registra un marcado descenso de la
cobertura de nieve en esta zona de la cordillera. Es más, en agosto hubo
momentos de 70% de déficit de nieve respecto al promedio de los últimos 20
años.
Así lo informó el director del proyecto, académico Carlos Romero, quien
dirige también la carrera de Geografía de la UPLA. Respecto al impacto de
esta situación en la vida de la población chilena, afirmó que “es evidente
que la disminución de nieve tiene una relevancia no solo para la vida
de las personas, sino también para el ecosistema. Menos nieve en la
cordillera significa que los glaciares no se alimentan, que la
cordillera no almacena la suficiente cantidad de agua para las cada
vez mayores exigencias hídricas en todo ámbito, como son los
procesos naturales, el consumo humano, la actividad agrícola y la
actividad minera”.
Igualmente, el académico UPLA relevó el rol de la zona en estudio e
identificó las comunas que, mayormente, se verán afectadas por el
derretimiento acelerado de nieves.
“Estamos hablando de la Cuenca del Río Aconcagua, una cuenca que
surte de agua para el consumo de un porcentaje importante de la
población del país. Estamos hablando del agua de comunas
densamente pobladas como el gran Valparaíso y las zonas agrícolas
como Los Andes, San Felipe, La Calera, Quillota y
Limache. Esperamos que la oferta hídrica de esta cuenca para este
año sea suficiente y no conduzca al desabastecimiento para el
consumo de la población y para el sostén de actividades productivas
básicas”, enfatizó.
DESAFÍO ÉTICO
Los estudios que continúan los investigadores de los laboratorios de
Teledetección Ambiental (TeleAmb) y Data Science (Datoslab) de la UPLA
son fundamentales para cuantificar los efectos de la disminución de la
frecuencia de nieve, zonificar áreas, desarrollar sistemas de pronósticos y
preparar planes de contingencia, de respuesta y adaptación.
Sobre cómo podemos frenar esta situación ocasionada por múltiples causas
asociadas al cambio climático, el director del proyecto fue categórico:
“Siempre hay más de una opción, creo que no es solo algo que deba
surgir de la ciencia. Creo que los datos son contundentes respecto
del daño que hemos creado a la naturaleza, creo que hoy el desafío
es eminentemente ético. Es hora de que nos pongamos de acuerdo
como sociedad sobre qué es lo que queremos dejarles a las próximas
generaciones. Tenemos una tremenda oportunidad en la nueva
Constitución y también es hora de que como Estado cumplamos con
los compromisos del acuerdo de Paris”.
En noviembre próximo, el equipo del proyecto, al cual se han sumado
jóvenes profesionales, realizará un seminario en el que expondrá los
resultados de este primer año de investigación, y continuarán con la
confección de una segunda base de datos, así como con la generación de
redes que permitan a esta iniciativa crecer en otras regiones del país.