¿Por qué hay estudiantes que no aprenden en la educación superior?.

 

Esa fue la invitación a reflexionar del académico argentino

Ricardo Baquero en la II Jornada del Programa PACE: “Cuando el-
la Otro-a está Aquí”, realizado en la UPLA.

Atribuir a supuestos déficit de los sujetos las razones de no aprender es un
error frecuente que, en la mayoría de los casos, puede tratarse no de pobres
maneras de pensar sino de pobres experiencias de aprendizaje, cuya
responsabilidad es del propio sistema educativo.
Así de claro fue el doctor Ricardo Baquero, académico de las universidades
de Quilmes y de Buenos Aires, Argentina, en la II Jornada del Programa
PACE: “Cuando el-la Otro-a está Aquí”.
Dicha actividad fue organizada por el Programa de Acompañamiento y
Acceso Efectivo a la Educación Superior, dependiente de la Unidad de
Acceso, Inclusión y Permanencia Universitaria de la Universidad de Playa
Ancha (UPLA).
En la oportunidad, el académico precisó que no es que los sujetos se
encuentren deficitarios cognitivamente, “sino que a veces se encuentran
con pocas armas, estrategias, códigos o hasta rituales que tiene el
mundo académico y que debió habérselos proveído el sistema escolar
previamente. Hay que agregar que la universidad en nuestras
regiones pone además ciertas vallas de un elitismo tácito o explícito,
que hace también que muchos estudiantes, aun superando ciertos
criterios de base, sean mirados con desconfianza por portación de
etnias, origen social o lo que sea”.
Sostuvo que es una falacia reducir al propio alumno las razones de su
fracaso. Esto porque se cae en la trampa de creer que los sujetos
aparentemente se autoexplican, y en realidad somos productores de nuestro
territorio, de nuestra historia, de los lazos que hemos establecido y de las
prácticas en las que hemos participado.
El académico argentino sostuvo que, tampoco se trata de cargar la culpa a
los docentes, porque hay algo en el propio sistema tanto académico como
escolar, del cual todos somos en cierto modo víctimas.
El desafío es plantear un trabajo diferente. “A la par de crear puentes
para establecer entre las formas de conocimiento cotidiano o escolar
que traen los estudiantes y las que la universidad requiere por un
lado, hay también otras cuestiones en juego, como es el habilitar, el

dar cabida genuinamente, a sectores que habitualmente no lo tenían
en el nivel superior, y eso es más un trabajo del docente que del
estudiante. Es decir la dificultad es por qué no enseña como debe el
que enseña, en vez de por qué no aprende el que aprende”.

RECUPERAR LA MIRADA DEL OTRO

La doctora Estela Quintar, del Instituto Pensamiento y Cultura en América
Latina (IPECAL) de México, planteó la didáctica no parametral como un
horizonte para la formación en educación superior.
Se trata de recuperar el espacio de la enseñanza como un espacio de
reflexión, de profundización de las relaciones intersubjetivas que se dan en
todo encuentro humano, pero particularmente donde el sentido y la intención
de ese encuentro es la formación de sujetos.
“La apuesta de una didáctica no parametral es una apuesta por la
recuperación del sentido humano que tienen los procesos de
formación. Pero además, una alternativa de desinstrumentalización
de un pensamiento que poco a poco se volvió un pensamiento
indexado, ya no pensábamos. Si no pensamos en nuestras
realidades, si no nos acercamos con latido a la gente, difícilmente
podremos desinstrumentalizarnos y dejar de ser sujetos formateados
y de barra.”, afirmó la Dra. Quilmes.
La académica añadió que es tiempo de recuperar la mirada del otro, de
recuperar al sujeto, de construir sueños y posibilidades, lo cual es
responsabilidad de quienes están enseñando.