Experto sostiene que fue un error de criterio no decretar preemergencia.

 

El especialista en modelos de pronóstico de contaminación y académico de la Universidad de Santiago, Dr. Patricio Pérez, descarta que la falla que produjo que no se informara esta medida en la capital, el pasado domingo, se deba al sistema que monitoreo que informa los índices de calidad del aire. “Las estimaciones eran de alerta, pero existía un margen de probabilidad de que fuera preemergencia. Ese margen no se toma en consideración”, critica.

Santiago alcanzó este domingo los niveles de contaminación necesarios para decretar preemergencia ambiental. Sin embargo, la medida no fue decretada por la Intendencia y, por lo tanto, no se tomaron las acciones preventivas, como evitar la realización de actividades deportivas al aire libre. Es la segunda vez que sucede esta situación en el año.

Para el experto en modelos de pronóstico de contaminación atmosférica y ambiental, el académico del Departamento de Física de la Universidad de Santiago de Chile Dr. Patricio Pérez, más que un error en el pronóstico, el problema fue la falta de criterio de la autoridad para decretar la preemergencia, ya que los índices y las condiciones meteorológicas hacían altamente probable la preemergencia.

“Hay una cuestión de criterio más que (un error) del modelo. A lo mejor, la autoridad piensa que como es domingo, esto no va a ser tan crítico porque hay menos vehículos y actividad, pero como la noche fue muy fría, había que tomar en cuenta que podían aumentar las emisiones por la calefacción a leña, que se sigue usando en zonas periféricas de Santiago”, sostiene el Doctor en Física. “En este caso, lo que falló fue el criterio más que el modelo”, insiste.

En síntesis, el Dr. Pérez indica que los modelos que se utilizan para pronosticar estas situaciones se encuentran avalados científicamente y entregan un pronóstico de índole probabilístico –es decir, una aproximación de lo que puede ocurrir-, pero es el criterio técnico o de la autoridad competente, que analiza los datos, el que finalmente prima al momento de decretar las medidas correspondientes.

“Las estimaciones que tenían los modelos eran de alerta, pero existía un margen de probabilidad de que fuera preemergencia. Ese margen no lo toma en consideración la autoridad o el técnico que recomienda a la autoridad”, explica. “El criterio es el que falla al no darle un mayor margen de variabilidad al pronóstico. Creo que la alerta estaba cercana a la preemergencia. Ese margen debe tomarse con criterio. Si hay una probabilidad importante de que haya una preemergencia, esta debe decretarse”, concluye.