Especialista investigará de qué forma los comportamientos y actitudes sociosexuales
de los hombres se ven afectados por la hormona.
Abocado a aportar evidencia sobre la relación entre los niveles de la hormona
testosterona con las estrategias de apareamiento, la agresión y cooperación de los
hombres, se encuentra el investigador del Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la
Universidad de Playa Ancha, Pablo Polo Rodrigo.
Mediante un proyecto Fondecyt de Iniciación 2018, el doctor en Etología Humana
investigará el rol de los niveles de testosterona en los comportamientos y actitudes
sociosexuales de los hombres, y cómo este efecto está mediado parcialmente por el
estatus social adquirido, ya sea por dominancia o por prestigio.
Polo integra el “Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano” del CEA y se ha
dedicado a estudiar el fenómeno del conflicto sexual producto de la divergencia en las
estrategias reproductivas de hombres y mujeres, y de cómo aquello se manifiesta en
diferentes tácticas de comportamiento, como por ejemplo, la aparición de la coerción
sexual en el caso de los hombres.
Explica que en los seres humanos es muy variable la predisposición a establecer
relaciones románticas con o sin compromiso, así como los comportamientos y deseos
sociosexuales. Para entender estas características, se debe considerar que en los
individuos se han seleccionado rasgos físicos y psicológicos que permiten perseguir
múltiples estrategias reproductivas o de apareamiento.
“Existe la hipótesis del pluralismo estratégico que plantea que las tácticas
reproductivas de hombres y mujeres son de corto o largo plazo, según la
expresión de ciertos rasgos que dependen de la condición del individuo y del
ambiente social y físico. Dicha variedad en las tácticas de apareamiento influye en
el compromiso que asume el individuo entre invertir en la búsqueda de múltiples
parejas reproductivas (táctica a corto plazo) o invertir en el cuidado parental
(táctica a largo plazo)», sostiene Polo.
Pero también está la hipótesis del estatus social, que establece que los niveles de la
hormona testosterona se relacionarían con la búsqueda y mantenimiento del estatus
social a través de la dominancia y del prestigio. El estatus social determina dentro de un
grupo social el acceso a los recursos reproductivos, por lo que influiría en las
estrategias de apareamiento de los hombres.
Respecto de los resultados que esperan obtener, afirmó: “Esperamos con este
estudio recoger evidencia que apoye ambas hipótesis, por lo que esperamos
encontrar una relación positiva entre los niveles de testosterona en la búsqueda
de pareja a corto plazo. Así también, esperamos que el estatus social influencie
las estrategias de apareamiento en hombres y calibre el compromiso entre la
búsqueda de múltiples parejas y el cuidado parental”.
DISEÑO EXPERIMENTAL
La metodología de trabajo considera un diseño experimental con grupos de 5 hombres,
de 18 a 39 años, y un individuo del equipo de trabajo, que en este primer año será una
mujer y, en el segundo, será un hombre.
En una sesión los participantes recibirán una dosis de testosterona externa no invasiva,
y en otra recibirán una dosis de placebo, de manera de estudiar la relación entre la
hormona y las estrategias de apareamiento y los comportamientos de búsqueda de
estatus (dominancia y prestigio).
Igualmente, los grupos competirán por el estatus empleando juegos económicos, que
generarán comportamientos agresivos (dominancia) y de cooperación (prestigio).
También contestarán un cuestionario psicométrico para evaluar la actitud de los
participantes, por ejemplo, frente al sexo sin amor, los encuentros sexuales con
desconocidos o el deseo de una pareja para toda la vida, entre otras situaciones.