En Chile, la asfixia por inmersión es la primera causa de muerte en menores entre uno y cuatros años. Aunque este tipo de accidentes aumentan durante la temporada de piscinas, es importante considerar que cualquier recipiente con agua presenta un riesgo para los más pequeños, peligro que aumenta exponencialmente en las vacaciones, cuando los niños están más tiempo en casa. La médico jefe de la Central de Operaciones de Help, Dra. Ana María Bravo, detalla cuáles son las medidas de prevención que se deben adoptar para evitar un ahogamiento y explica cómo reaccionar ante ellos.
Verano, niños y agua es la combinación perfecta para capear las altas temperaturas de la temporada estival. Por ello, disfrutar de un día en la playa o en la piscina es una actividad divertida y saludable para personas de cualquier edad. Sin embargo, este tipo de entretenimiento puede resultar muy peligroso si no se establecen medidas preventivas para evitar accidentes.
En Chile, la asfixia por inmersión, ya sea en piscinas o en cualquier recipiente que contenga agua, es la primera causa de muerte en niños entre uno y cuatro años, y bastan sólo unos minutos sin poder efectuar una respiración efectiva para provocar graves secuelas neurológicas e incluso la muerte. Por ello, es de suma importancia la prevención, enfatiza la médico jefe de la Central de Operaciones de Help, Dra. Ana María Bravo, y entrega las siguientes recomendaciones:
SUPERVISÓN: Acompañar o vigilar en todo momento a los menores en piscinas, playas o ríos, siempre considerando que estos accidentes ocurren repentinamente y sin mayor alerta.
REJA: En caso de que haya una piscina en casa, siempre debe tener reja, idealmente con radier de concreto, con una puerta única de acceso y chapa de seguridad que utilice llave. Debe rodear todo el perímetro con una altura mínima de 1,5 m y 10 cm o menos de distancia entre las barras verticales.
JUGUETES: Mientras la piscina no se está utilizando, evitar que dentro y alrededor de ella se encuentren elementos atractivos para los niños, como juguetes e inflables, porque es una tentación para ingresar a la zona de peligro sin supervisión.
ALITAS: Las alitas o accesorios inflables no son salvavidas ni los reemplazan, por lo cual ante su uso los adultos no se deben confiar y dejar de acompañar a los niños.
PISCINA: Mantener un sistema de limpieza del agua controlado y supervisado por profesionales, ya que los filtros en mal estado podrían causar atrapamientos de cabello, por ejemplo.
“En caso que se haya producido el accidente y el menor está inconsciente sin respiración, es vital iniciar a la brevedad maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas mientras se solicita ayuda a un servicio de emergencia, para que el pronóstico sea mejor”, afirma la especialista.
¿Cómo reaccionar? Reanimación Cardiopulmonar (RCP)
En caso de ocurrir un accidente, primero debemos retirar a la persona del agua y comprobar si responde a estímulos. Luego, ubicar al paciente sobre una superficie dura como el suelo e iniciar compresiones torácicas enérgicas y rápidas en el centro del pecho, con frecuencia de por lo menos 100 por minuto.
“Sólo si se siente capacitado o tiene conocimientos, hay que intentar despejar la vía aérea mediante una maniobra de inclinación de cabeza y elevación de mentón, para luego administrar 2 ventilaciones boca-boca en adultos y boca-boca nariz en niños pequeños. Éstas deben seguir una secuencia de 30 compresiones torácicas, luego 2 ventilaciones para rápidamente volver a realizar 30 compresiones, seguidas de 2 ventilaciones y así hasta que el paciente recupere el conocimiento o llegue personal calificado a relevarnos”, explica la doctora de Help. Si la persona no sabe o tiene reparos con realizar respiración boca a boca, lo ideal es concentrarse en realizar las compresiones torácicas.
“El ideal sería que todas las personas adolescentes y adultos de una casa tuvieran entrenamiento en reanimación cardiopulmonar básica, ya que una reanimación precoz en un accidente de este tipo mejora sosteniblemente el pronóstico”, sostiene la Dra. Bravo