Cómo prevenir los accidentes de niños en la piscina.

 

La vigilancia de los padres y exigir las normativas básicas de seguridad en las
piscinas públicas y privadas son clave para evitar accidentes.

Las piscinas son una excelente oportunidad para disfrutar el
verano y un fresco alivio contra el calor durante las vacaciones, pero siempre hay que
tomar las precauciones adecuadas para no sufrir accidentes, especialmente en el caso de
los pequeños.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada hora más de 40 personas mueren por
ahogamiento.
Es por ello que el Pediatra y Broncopulmonar de RedSalud, Eduardo Jerez, asegura que
existen varios consejos para garantizar la seguridad de los niños cuando están dentro y
fuera del agua, donde la supervisión de los padres y adultos es clave:

1. Poca profundidad: siempre hay que tener en cuenta que los niños se pueden
ahogar en agua de muy poca profundidad. Según la Academia Americana de
Pediatría, un niño pequeño podría, incluso ahogarse en una piscina de 10 cm de
altura, peligro que aumenta en el caso de un lactante que está empezando a
caminar. Por ello, mantener una piscina con poca agua no evita el riesgo en niños
muy pequenos.

2. Clases de natación: La evidencia actual es que los cursos sirven en niños entre 1 a
4 años. Si bien no es muy categórica, la Academia Americana de Pediatría la valida
de acuerdo a la decisión de los padres y a las características del desarrollo motor,
cognitivo y emocional del niño y de la frecuencia en la exposición al agua. Sin
embargo, no se recomiendan en menores de un año, ya que su aparato músculo-
esquelético no está preparado para sumergirse o sostener mucho tiempo la
flotación. El riesgo es que los padres de un niño, con entrenamiento en natación,
pueden disminuir su grado de vigilancia, lo que puede ser fatal.

3. En el hogar: cuando los niños se bañan en casa, nuevamente la vigilancia de los
padres es esencial y deben tomar ciertos resguardos:

Cercas de altura: contar con una cerca de altura de mínimo 120
centímetros que actúe como barrera de protección contra las caídas al
agua, y que si tiene puerta de acceso, ésta debe ser de igual altura, abrirse
hacia afuera y cerrarse de manera automática. La reja no debe permitir el
escalamiento de niños pequeños.

Cubre piscinas: cubrir la piscina no evita que el niño se ahogue. El
especialista sugiere cubrirla completamente, o definitivamente sacarla.

Juguetes inflables: no dejar a la vista juguetes que puedan atraer a los
niños pequeños a meterse solos al agua. Tampoco utilizar este tipo de
productos como protección, sino que privilegiar un chaleco salvavidas
certificado como tal.

Vigilancia permanente: el gran consejo para los padres es no perder de
vista a los niños en la piscina y no distraer la atención con aparatos
electrónicos, como celular, computador, etc. Sus hijos necesitan vigilancia
al cien por ciento a la hora de estar en el agua, aunque tengan destrezas en
natación.

4. Piscinas públicas y normativas: Los padres no solo deben preocuparse por la
vigilancia de sus hijos, sino que también exigir las medidas mínimas de seguridad
en lugares públicos, como:

Personal de vigilancia y de reanimación: deben ser profesionales
entrenados específicamente para esa labor.

Señalización: las piscinas públicas deben tener señaléticas de seguridad
y las indicaciones claras de, por ejemplo, cuál es el lado con mayor y
menor profundidad en la piscina.

Material antideslizante: es importante fijarse que en los alrededores de
la piscina haya un piso de material que permita que los niños no se
resbalen.

Evitar que los niños corran: es responsabilidad de los padres que los
menores no corran y no hagan juegos bruscos al interior o fuera de la
piscina.

5. Reacción alérgica: los padres no solo deben exigir que las piscinas cumplan con las
normativas vigentes, sino que también con la limpieza del agua. Para eso el pH
debe estar regulado entre 7,2 y el 7,6 para evitar que los niños puedan sufrir
irritación en la piel y los ojos.

6. Protección solar: una buena pantalla o bloqueador solar, es vital para pasar un
buen día de piscina con o sin exposición al sol. La piel de un menor debe ir
protegida de los rayos ultravioletas, idealmente en formato loción ya que tienen
mayor duración. Volver a aplicar después de cada baño si es necesario. La

indicación para uso de bloqueadores es habitualmente a partir de los 6 meses de
edad.

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