Mujeres Líderes para Chile estuvo presente en manifestación por la ciencia sin contrato.

 

Más de 300 científi@s se manifestaron hoy frente a La Moneda y luego fuera de la sede de la

Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología CONICYT, por las precarias condiciones laborales de los

más de 1500 investigadores, que se desempeñan en distintas Universidades y otras instituciones

públicas y privadas de nuestro país. La manifestación fue convocada por la agrupación Ciencia con

Contrato, liderada por Natalia Muñoz y que reúne a profesionales de carreras del ámbito

científico, los cuales llevan casi dos años visibilizando la precarización laboral que sufren los

investigadores en ciencias y realizando distintas acciones para la búsqueda de soluciones.

En una encuesta realizada recientemente por esta agrupación, la cual incluyó una muestra de 413

investigadores que trabajan a honorarios en proyectos financiados por CONICYT, reveló que más

de la mitad de ellos trabaja por menos de 500 mil pesos mensuales. Alrededor del 62% del

personal de apoyo de los laboratorios financiados por proyectos CONICYT son mujeres, este

personal está compuesto por profesionales científicas altamente calificadas, como biólogas,

bioquímicas, tecnólogas médicas etc., es decir carreras universitarias de al menos 5 años de

duración, las que son esenciales y fundamentales para el funcionamiento de los laboratorios de

investigación. A pesar de la gran participación de mujeres en la ciencia, estas parecen estar en

total desprotección, según la encuesta de Ciencia con Contrato, de las 52 mujeres madres de

familia encuestadas, menos de un 20% ha podido acceder al derecho de pre y postnatal.

Mujeres Líderes para Chile, estuvo presente en la manifestación representada por nuestra

Directora de Finanzas, la Dra. Vania Figueroa. Como corporación nos preocupa la realidad de las

científicas nacionales, no es difícil imaginar la inseguridad y desprotección que sufren las

investigadoras con sueldos de 500 mil pesos mensuales, trabajando sin contrato. Con esta cifra,

estas mujeres deben pagar cotizaciones previsionales, acceder al sistema público o privado de

salud, cubrir las necesidades de sus hijos y probablemente pagar algún tipo de crédito

universitario por sus estudios superiores.

Nuestra principal institucionalidad científica y tecnológica CONICYT, cuenta con una agenda de

género desde el año 2004 y ha implementado acciones afirmativas en la mayoría de sus

programas de becas y financiamiento. Con estas acciones se ha logrado incrementar la

participación de mujeres liderando proyectos Fondecyt. Por ejemplo, si en el 2001 solo un 25 % de

los Proyectos Fondecyt tenían como investigador responsable a una mujer esta cifra incrementó al

36% en los últimos años. Además, desde el 2005 las investigadoras principales de proyectos

financiados por CONICYT cuentan con beneficios de pre y postnatal, los que fueron

implementados para las becarias CONICYT de postgrado a partir del 2008.

Aunque estos avances son valorados, queda mucho por hacer, sobre todo con las profesionales

dedicadas a la ciencia que no son beneficiarias directas de los programas de CONICYT, pero que

paradójicamente trabajan para los proyectos financiados por esta institución y son fundamentales

para su realización. Esta es una realidad injusta y que viola muchas leyes laborales y aunque esta

realidad impacta por igual a los hombres, es evidente que en el caso de las mujeres tiene mayores

agravantes, ya que estas no cuentan con beneficios durante el embarazo y también deben

compatibilizar las extensas jornadas laborales con el cuidado de los hijos, en un país donde la

corresponsabilidad en la crianza es un tema no resuelto.

Toda la investigación que se realiza en las Universidades, que las valida y las acredita como

instituciones de importancia primordial, en la misión de contribuir a la economía a través de la

educación, investigación y transferencia de conocimiento, ha sido realizada con la contribución de

investigador@s, que trabajan sin contrato, por bajos sueldos y al margen de cualquier ley laboral.

Las Universidades se han beneficiado de los vacíos existentes en las bases que regulan los

proyectos financiados por CONICYT, ya que a excepción del Programa de Atracción e Inserción de

Capital Humano, los programas de financiamiento de CONICYT no obligan a las instituciones

beneficiarias a contratar al investigador principal de un proyecto determinado y por lo tanto,

tampoco al personal técnico y de apoyo. Por ello son cómplices y no precisamente pasivas de la

precarización laboral de las y los científicos, no han protegido ni velado por las mínimas

condiciones laborales de las y los profesionales que ellas mismas han formado, ignorando y

naturalizando las malas prácticas laborales al interior de sus planteles.

Como Corporación Mujeres para Chile, nos preocupa la situación de las compatriotas que día a día

se esfuerzan por empujar, por vocación y convicción el desarrollo científico y tecnológico de Chile,

trabajando para proyectos financiados por CONICYT en condiciones laborales precarias.

Recientemente la presidenta Michelle Bachelet, en su cuenta pública del 21 de mayo anuncio que:

“estamos elaborando junto a la Comisión Asesora Presidencial una propuesta para crear un

Ministerio de Ciencia y Tecnología”. La Comisión Presidencial “Ciencia para el desarrollo de Chile”,

está compuesta por 36 miembros de los cuales 7 son mujeres. Desconocemos si las propuestas de

esta comisión están siendo elaboradas con un enfoque de género, pero estaremos vigilando el

proceso como organización de la sociedad civil.

Chile invierte alrededor de un 0,39 % del PIB en ciencia, muy por debajo del promedio de los

Países de la OCDE que se sitúa alrededor del 2,4%. Por ello es urgente una nueva institucionalidad

de Ciencia y Tecnología para Chile, pero esta nueva institucionalidad debe generar políticas

efectivas para terminar con la precarización laboral de las y los científicos chilenos, con un

enfoque de género. Según datos del Instituto de Estadística de la Unesco (octubre de 2012), en

Chile solo el 27, 5% de los investigadores son mujeres. Esta subrepresentación tal vez se

corresponda con los resultados observados en la Encuesta elaborada por la Coordinación de

Enfoque de Género de CONICYT en 2007, donde un 63, 9 % de las mujeres encuestadas

consideraba que ser mujer influyó negativamente en su carrera profesional, en cuanto al acceso a

posiciones de mayor liderazgo. En torno a este punto, un 24,2 % sostuvo que la anterior conducta

se debe a actitudes y prejuicios de las personas en posiciones de decisión; un 19,1 % a actitudes y

prejuicios de los colegas varones y un 9,3 % a actitudes y prejuicios de las propias colegas mujeres.

Seguir avanzando en la inclusión de las mujeres en la ciencia es una necesidad no solo de nuestro

país sino del mundo entero. Los datos contenidos en la encuesta realizada por la agrupación

Ciencia con Contrato, no solo ha revelado precarización laboral que sufren los investigadores en

ciencias, sino que también ha encendido las alertas respecto a los alcances y efectividad de la

agenda de género de impulsada por CONICYT desde 2004. Junto con ello, también plantea la

inquietud respecto a que si el futuro proyecto para la creación del Ministerio de Ciencia y

Tecnología está siendo elaborado con una perspectiva de género.

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