Compañía “La Lumbrera” fortalecerá su terapia de amor y risas en el Hospital de Quilpué.

 

Comité de Donaciones Culturales aprobó innovador proyecto de payasos de

hospital que aportan con risas, juegos y mucha alegría el proceso de

sanación de los pacientes.

Es mediodía al interior del Servicio de Pediatría del Hospital de Quilpué, y en

medio de las salas de hospitalización, se hace presente un grupo de

médicos bastante particular. Se trata de la Dra. Bu, el Dr. Orejas, el Dr.

Nino y la Dra. Charquicán, quienes mediante la alegría, música y divertidos

diálogos propios del clown, logran interactuar con pacientes, sus familias y

funcionarios, en un espacio en el que todo está abocado a la recuperación

de la salud.

Ellos son los integrantes de La Compañía “La Lumbrera”, payasos de

hospital profesionales, quienes desde hace un tiempo intervienen en el

quehacer clínico de algunos de los servicios del recinto hospitalario, trabajo

que este año esperan fortalecer, luego de que su proyecto “Alegría en el

Hospital de Quilpué: Cuidando desde el Amor” fuera aprobado por el Comité

de Donaciones Culturales Privadas, del Consejo Nacional de la Cultura y las

Artes.

La Compañía La Lumbrera, que tuvo su origen en la inquietud de jóvenes

universitarios por materializar un voluntariado distinto, comenzó a

profesionalizar su actividad en el Hospital de Quilpué en donde intervienen

de manera periódica en coordinación con la Unidad de Programas

Humanizadores de la Atención de este recinto.

Siempre con la aspiración de profesionalizar cada vez más sus actividades,

los jóvenes de La Lumbrera han ido perfeccionando su técnica combinada

con la mirada desde sus propias profesiones. Así, en el Hospital de Quilpué

comenzó un nuevo período de la Compañía con Ignacio Cayupi, kinesiólogo

Dr. Orejas; Andrés Moya, profesor de música, Dr. Nino; María Belén

Orellana, educadora de párvulo, la Dra. Charquicán, y Sabrina Moena,

psicóloga y Directora de la Compañía, quien es la Dra. Bu.

“Es súper personalizado el trabajo que se hace. Tratamos de interactuar con

todos los niños y sus familias y nos quedamos pegados también con los

funcionarios, que nos tratan de colegas y también intervienen en las

rutinas. Hemos recibido mucho cariño de la gente que nos hace reflexionar

sobre nuestro quehacer en el hospital” explicó Sabrina Moena.

Por su parte, Ignacio Cayupi, resaltó que la primera reacción especialmente

de los funcionarios era de sorpresa pero siempre dispuestos al juego.

“Ahora ellos se preparan apenas nos ven caminando a lo lejos. Creo que

todo esto igual influye en el ambiente laboral porque se genera un ambiente

mágico”.

Finalmente, Andrés Moya expresó que “es importante el enfoque de clown,

que no es necesariamente ponerse una nariz y un atuendo pintoresco, sino

que hay un trabajo de sensibilidad, de empatizar con lo que está sucediendo

en ese momento en ese espacio particular que es la sala. Y cuando se logra

generar esa empatía se generan cosas realmente hermosas porque se

humaniza ese espacio que está supeditado a un rol de paciente y rol del

funcionario clínico. Y que alguien te saque de esa relación más fría y te lleve

a compartir, a hacerte reír genera algo muy bonito” confesó el Dr. Nino.

Donaciones culturales

El proyecto “Alegría en el Hospital de Quilpué: Cuidando desde el amor” fue

aprobado por el Comité de Donaciones Culturales Privadas, por un monto de

22 millones 469 mil 677 pesos. De esta manera está en condiciones para

que una o más empresas puedan financiar la iniciativa bajo la Ley de

Donaciones Culturales.

El proyecto se ejecutará en un plazo de seis meses, con intervenciones en el

hospital tres veces por semana, lo que le permitirá a la compañía

interactuar en todos los servicios clínicos y no sólo en Pediatría o

Maternidad, a través de la música, la alegría, el juego y sobre todo mucho

amor.

“Hicimos una apuesta en vincular la cultura, el arte con la salud y la

comunidad y todas las actividades tienen que ver con un vínculo profundo

con la comunidad usuaria” comentó Sabrina Moena, pues el proyecto

incluye la realización de tres talleres de clown, abiertos a la comunidad, la

realización de pautas culturales saludables con los funcionarios, la

realización de presentaciones especiales en el Consultorio de Especialidades

y un seminario de clowns de hospital al finalizar el proyecto, para conocer

experiencias similares en la región y regiones cercanas.

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