Intenso fin de semana se vivió en Valparaíso, con las primeras jornadas de la programación del Festival Internacional Danzalborde

  • Danza de compañías internacionales y nacionales, además de intervenciones urbanas en el Cerro Cordillera y videodanza, marcaron las actividades que motivaron gran entusiasmo del público.
  • Jornada del sábado en el Parque Cultural de Valparaíso, contó con la presencia de la Ministra de Cultura, Claudia Barattini.


Durante la jornada del sábado las actividades comenzaron con intervenciones urbanas en Cerro Cordillera, en Plaza Eleuterio Ramírez con la obra Accumulation (1971) de Trisha Brown, interpretada por Theo Clinkard, seguida de la obra “Mide un Segundo”, y “Un organismo” de compañías chilenas. Al respecto, Rocío Rivera, co-Directora del festival señaló que “se dio una clima súper lindo entre las personas que vienen al festival y los vecinos que se fueron integrando en el camino, siento que hay un sentido bien comunitario. Las intervenciones que venían en silencio además eran largos recorridos y produjeron un clima de encuentro muy agradable”.


En la jornada central en el Parque Cultural de Valparaíso, y ante una amplia audiencia, debutó en Chile la obra “Me puedes dar vuelta” de la coreógrafa alemana Cristina Ciupke quien compartió escena con el coreógrafo e intérprete Félix Marchand en una apuesta creativa, innovadora y cargada de emociones.


En esta jornada estuvo presente la Ministra de Cultura Claudia Barattini, quien se manifestó complacida por la respuesta de la audiencia a las actividades de la compañías de danza, tanto nacionales como extranjeras, y valoró la trayectoria del Festival Danzalborde en Valparaíso, “esto genera atención y audiencia, los Festivales son un momento de intercambio de artistas muy importante y por eso me encanta que sea una cita para los coreógrafos y las compañías chilenas, porque la verdad es que la danza tiene poco espacio en la oferta cultural, en la oferta de las artes escénicas y por eso me parece muy importante que se haya consolidado un Festival de calidad dedicado a la danza contemporánea. Es importante que se consoliden Festivales y ventanas fuera de Santiago, eso es muy importante, que se conviertan en citas nacionales e internacionales, pero no en Santiago, eso es bueno, creo que éste es un Festival que ha convertido en un período del año, en una cita para la danza contemporánea en Valparaíso.”


En tanto la coreógrafa alemana, Cristina Ciupke tras su aplaudida presentación, señaló respecto de su trabajo “me sentí intensamente concentrada y estaba muy expectante, por supuesto, porque no sabía como iba a responder la audiencia en otro país, especialmente si está tan lejos de Alemania, creo que fue una audiencia muy abierta y curiosa y sentí que nuestra propuesta fue muy bienvenida y estuvieron muy interesados. Este fue un trabajo con otro coreógrafo, Nick Haffner, quien no pudo venir, entonces le pedimos a Félix Marchand que lo reemplazara, con Nick fue mi primera colaboración y fue muy intensa nuestra relación de trabajo,  trata sobre la intimidad y la pérdida del control,  es parte de nuestra historia y  estábamos interesados en tener una negociación física sobre ello.”


Respecto a la falta de música en esta creación, Cristina Ciupke señala “lo intentamos, teníamos en mente tener música, pero entendimos que se trata de negociación entre dos personas por lo que nos perturbaría, por eso nos decidimos por cierto purismo”.


Actividades del domingo


Durante el día domingo las actividades se desplazaron hasta la ex Capilla del Instituto Profesional Los Lagos, donde se presentó en el espacio de Jóvenes Creadores, el colectivo porteño Incapié, con la obra “Orientación de sitio. Medidas a escala de cuerpo”, interpretada por María Paz Knopke, Mariella Valdebenito y David Legue, dirigida por Daniela Villanueva quien explica los detalles de esta creación: “esta obra la hicimos antes en otro espacio y es como una lectura del espacio, hay un desarrollo espacial que se cuantifica en la escena, ahora es una iglesia, antes fue una casa, en el futuro puede ser un teatro, es cuantificar con el cuerpo la escena, cuántas veces cabe mi cuerpo en este espacio. Después se empieza a complejizar la estructura, se arma una frase la cual empieza a trasladarse en el espacio, con la idea de una llegada, de un término, de una porción del espacio; luego es una improvisación que tiene que ver con el espacio en sí , ahora habían muchos  arcos, los vitrales y hay una improvisación desde la anatomía hacia afuera y luego comienza a reanudarse como lo que sería el espacio entre los cuerpos , cuál es la densidad que existe y cómo lo traslado hacia una trayectoria”.


También en el Instituto Profesional de Los Lagos se presentó Miguel Jaime de Uruguay, con una muestra de residencia que ha denominado “Concreto”, “no tenía una idea al inicio, sino que fui tomando pequeños fragmentos o elementos que me inspiraran para ir generando unas prácticas en el ensayo, en el estudio, a partir de la escena de una película, una danza de un casamiento árabe y surgió esto de la tela, que era como ocultar el cuerpo, como tapar, pero que el cuerpo siga estando de otra manera. Empecé a trabajar en esto de cubrirme, un poco explorando el material y más allá de esa relación y de lo que pudiera ir activando en el espectador o en el que observa, también quería mantener lo real de la escena, que es un hombre debajo de una tela. Más allá de las lecturas que puede tener, aquí en este espacio particular, adquirió otra característica, siempre en las obras que hago me gusta trabajar lo mínimo, el minimalismo, la abstracción y  esta obra dialoga mucho con el espacio, algo que experimenté acá, me gusta que esa abstracción también pueda ser atravesada por el espacio, por el tiempo, por las personas, por el espectador”.


Posteriormente, en el Teatro Centro de Extensión Palacio Cousiño Duoc UC se llevó a cabo una segunda muestra de video danza, con las obras Staff (España), KJeine (Chile), Misoginia EVA (Chile) y Cheveux de Venus (Francia), seguido de la obra “2 Guitarras” del dúo formado por Ramiro Molina y Alejandro Cáceres, quienes a través de la improvisación libre transitaron entre las funciones de músico y bailarín. De acuerdo con Molina: “Es una obra basada en la improvisación, y es un lenguaje compartido, porque Alejandro es bailarín y yo soy músico, y en este engranaje de encontrarnos en la improvisación, me invita a mí al interior del escenario a realizar movimientos desde el sonido y sonidos desde el movimiento. En esa acción se produce la interacción y la propuesta de la obra, ahí nace la obra, que está basada en la práctica, es improvisación pura, no hay seteo, hay cierta frecuencia y contenidos recurrentes, pero la obra siempre muta”.

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