En prisión preventiva quedó este jueves Pablo Aravena Garcés, quien es sindicado como el responsable de la muerte de su hermano menor, Felipe Aravena Segovia (17), la madre de éste, Rebeca Segovia Montenegro (55) y de la asesora del hogar que se encontraba en la casa familiar, Victoria Donoso Cortez (59), crímenes que fueron perpetrados el 1 de diciembre de 2008 en Peñablanca, Villa Alemana.
En cinco días más y por un beneficio carcelario, el imputado iba a quedar en libertad, pero la fiscalía presentó pruebas que hicieron al tribunal estimar que podría existir un eventual peligro de fuga por las dos penas de presidio perpetuo calificado que se están solicitando para el acusado.
Los antecedentes exhibidos en la audiencia por la fiscal de la causa, Mónica Arancibia Farías, refieren a que el acusado es el principal sospechoso del crimen debido a las pruebas testimoniales y documentales reunida en la investigación que no sólo lo ubican en el lugar de los hechos, sino que explican su motivación, permitiendo descartar coartadas que intentó construir para simular su presencia en otros lugares al momento del crimen.
El Ministerio Público informó que hay dos testigos que aseguran haberlo visto en el barrio donde ocurrió el triple estrangulamiento, se encontró además en la escena del crimen un gorro de su propiedad y con el cual lo vieron testigos horas antes, también hay conversaciones telefónicas para que sus familiares señalaran en el proceso que él estaba con ellos justamente a la hora del crimen, y existía un interés patrimonial en la muerte de su hermano y su madre.
Esto último, ya que la ausencia de ambos podía acrecentar su patrimonio. Según la investigación de la fiscalía, Aravena Garcés cometió el crimen aprovechando el beneficio de salida diaria, en el marco del cumplimiento de una pena a 12 años en el penal de Limache por robo con violencia.
La fiscalía, a través de peritajes de la Brigada de Homicidios de la PDI, estableció que era perfectamente posible para el acusado haber cometido el asesinado en Peñablanca, entre las 18 y las 20 horas (lapso durante el cual ocurrió el delito según la autopsia), y regresar oportunamente al centro de reclusión antes del cierre de sus puertas ese mismo día.