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A+ A A-

 

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Turismo, edición 2016,

declarado por las Naciones Unidas a través de la Organización Mundial del

Turismo, bajo el lema de este año “Turismo para todos: Promoviendo la

accesibilidad universal”, nos desafiamos a pensar en terrenos donde –

paradójica y casualmente – caminamos a tientas. Un terreno en donde los que

legislan, quienes gestionan y quienes asistimos con nuestras investigaciones,

podemos intuir, imaginar, especular lo que es viajar y hacer turismo con una

discapacidad, o una capacidad diferente; pero difícilmente podremos

comprenderlo cabalmente.

Una primera reflexión pertinente es porque es necesario definir un lema tan

ambicioso para la celebración Mundial de este año. La respuesta cae como

agua de mayo. A fin de llamar a la reflexión, a fin de despertar conciencias, a

fin de naturalizar la accesibilidad al turismo para todos y todas,

independientemente de sus capacidades físico-emocionales-sensoriales; a fin

de caminar hacia los marcos reguladores que faciliten, promuevan, inciten – y

hasta obliguen – a la accesibilidad de todos los espacios y servicios turísticos.

La OMT en su reporte anual 2014 expresa que la legislación y regulación en

turismo es fundamental para garantizar la sustentabilidad y

competitividad del sector. Las leyes y normativas proveen el marco

regulatorio para el desarrollo sustentable y la gestión del turismo, la protección

y conservación de las fuentes naturales y culturales y la facilitación del

desenvolvimiento del sector privado y las comunidades locales en las

actividades del turismo. Adicionalmente, las leyes turísticas reflejan los roles y

las responsabilidades de los actores, asegurando los derechos de los turistas

internacionales y locales y remarcando los derechos y obligaciones en la

participación de los empresarios, tour operadores receptivos-emisivos y todos

aquellos jugadores concernientes en el campo del turismo (UNWTO, 2014).

Nada decía el reporte del ente estandarte hacia el año 2014. Tuvo que venir la

realidad a llamar a la conciencia, para que – ahora sí – ya en el 2016, la

inclusión y accesibilidad sea parte del discurso oficial en turismo. Bien hecho,

bien por la enmienda.

Una canción maravillosa de un cantautor argentino Jorge Rojas, habla

precisamente que

“De eso se trata de equivocarse

Y de perder el miedo y no querer salvarse …

De eso se trata la vida misma,

De mil veces errar y luego perdonarse”.

Pero además me sirvo de esta dulcísima letra, para reflexionar que la

preocupación por la accesibilidad no será tema lejano para la mayoría de

nosotros.

“Empezaron los años a tomar distancia

Entre el alma y la piel, esta piel que se irá …

Mientras el tiempo pasa uno se vuelve simple

Y admira la belleza, aun en la oscuridad …”

Y la reflexión es si la accesibilidad debe solo estar pensada por las personas

con discapacidades (capacidades diferentes muchas veces es lo correcto

mencionar), o tendríamos que ser suficientemente inteligentes de pensar que

todos vamos a un camino de capacidades reducidas. Según la Organización

Mundial de la Salud, la mayoría de las personas puede aspirar a vivir

actualmente hasta entrados los 60 años y más. La mayor esperanza de vida,

sumada a las caídas importantes en las tasas de fecundidad, es la causa del

rápido envejecimiento de las poblaciones de todo el mundo. Se necesita con

urgencia una acción pública integral con respecto al envejecimiento de la

población. Para ello serán necesarios cambios fundamentales, no solo en lo

que hacemos, sino en la forma misma en que concebimos el envejecimiento.

Invitando a concebirla de la siguiente manera “Envejecimiento saludable es ser

capaces de hacer durante el máximo tiempo posible las cosas a las que damos

valor”. ¿Y no es el turismo una de estas cosas que más valor damos los seres

humanos durante nuestra vida?

Pues, sí. Valoramos pues las intervenciones legislativas de los Estados y las

Institucionalidades que velan porque el turismo siga siendo un bien accesible

para todos, sin distinción de capacidades, sin dejar fuera a quienes tienen la

capacidad de admirar la belleza, aun en la oscuridad.

 

Autora: Cecilia Palacios-Avalos. Investigadora Gestión de Destinos Turísticos –

Cityp.