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Para el Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, Dr. Humberto Verdejo, la determinación “mata” el proyecto que apuntaba a modernizar la red, a fin de evitar cortes como los de 2017, año en que se registró el mayor promedio de horas sin luz para clientes debido a la nevazón que se produjo ese invierno en la capital. “La infraestructura de la red de distribución es muy antigua y ante eventos de gran envergadura no responde bien. Las empresas no son capaces de responder con los estándares que la ciudadanía solicita”, enfatiza.

El académico advierte que aunque el Gobierno haya hecho voluntario el recambio, las personas ya lo están cancelando. “Nosotros ya estamos pagando los medidores inteligentes, independiente de que los tengamos instalados en la casa”, asegura.

“El recambio de medidores será voluntario para las personas”. Así lo anunció la ministra de Energía, Susana Jiménez. De esta manera, el Gobierno pretende zanjar la polémica originada por el cambio de los actuales medidores a los llamados inteligentes.

Para el Director del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago, Dr. Humberto Verdejo, la decisión gubernamental es negativa, ya que haría “imposible” alcanzar los objetivos que se plantearon en la norma técnica de 2017, año en que se registró el mayor promedio de horas sin luz para clientes de distribuidoras desde la creación del índice de Duración Promedio de Interrupciones de Sistema (Saidi), en 2012.

“El hecho de que el cambio de medidores pase a ser voluntario mata el proyecto de la medición inteligente, que apuntaba originalmente a mejorar los estándares de seguridad y calidad del suministro”, afirma el Dr. Verdejo. “La posibilidad de modernizar la red de distribución, para incrementar los estándares de calidad y seguridad del suministro, desaparece”, enfatiza.

De acuerdo al Saidi, en 2017 se registró un nivel de 18,77 horas en que los clientes del sector no contaron con el suministro eléctrico en sus hogares. Ese año, se registraron cortes durante el invierno debido a la nevazón que afectó a la Región Metropolitana, afectando a más de 500 mil clientes.

“No estamos en condiciones de soportar otro 2017, de mantener la vulnerabilidad que tiene la red y de que la gente quede sin agua en los edificios cuando no hay electricidad. Hay que hacer una modificación en el corto plazo”, emplaza el académico. “Se debe actualizar la red de distribución desde el punto de vista tecnológico, lo que hace necesario un cambio de la infraestructura a nivel residencial. De lo contrario, la red seguirá operando como lo hace actualmente. Es decir, a través de una red ciega”, agrega.

De acuerdo al Dr. Verdejo, los beneficios de los medidores inteligentes pueden resumirse en cuatro: reducción en los tiempos de reposición del suministro ante cortes de éste; posibilidad de que la gente conozca y aprenda a usar la energía; tener tarifas flexibles; y autogenerar energía a nivel residencial.

“Ya estamos pagando los medidores inteligentes”

Por otra parte, el Dr. Verdejo concuerda con lo expresado por la gerente general de Energética, María Isabel González, para quien la decisión del Gobierno de hacer el cambio voluntario carece de sentido, ya que los usuarios “ya lo estamos pagando en nuestras cuentas”.

“Con el decreto tarifario de septiembre de 2018, se incorporó que para 2019 el 15% de los medidores a nivel nacional debían ser inteligentes, por lo que se introdujo un cargo adicional a la tarifa, para ir prorrateando el costo total de aquí a 2025”, explica. “Nosotros ya estamos pagando los medidores inteligentes, independiente de que los tengamos instalados en la casa”, sintetiza.

Finalmente, subraya la necesidad de modernizar la red. “Actualmente, la electricidad es parte de la canasta básica. Si falla, no tenemos agua, calefacción ni tampoco llevar una vida normal, porque hay personas que dependen de la electricidad. La infraestructura de la red de distribución es muy antigua y ante eventos de gran envergadura no responde bien. Las empresas no son capaces de responder con los estándares que la ciudadanía solicita”, concluye.