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Como habitantes de a pie, que bajan y suben los cerros de ésta ciudad de múltiples facetas,
que enfrentamos el mar como fuente de energía e inspiración, hemos sido testigos de cómo
Valparaíso, desde su nominación como ciudad patrimonio de la humanidad, ha sido
expuesto a diversos intereses que se manifiestan en las formas de conducir y administrar la
ciudad de parte de autoridades y distintos grupos de poder económico, político y social.
Todos pueden tener su cuota de verdad en lo que exigen y plantean, pero siempre hemos
sido los menos quienes han relevado nuestras demandas y necesidades. Proteger y preservar
la vida de barrio, su historia, la tranquilidad, la salud física y mental ha sido toda una
odisea; al enfrentar a organismos estatales que debiesen tender al bien común, nos
encontramos con que privilegian intereses que están muy lejanos a los nuestros. Quizás el
ejemplo más claro de esto tiene relación con lo sucedido en el proyecto Mirador Barón,
donde la fiscalización de la comunidad organizada logró entregar una serie de argumentos
que fueron relevados por la Contraloría General de la República. Esta institución dio
Dictamen que declaró ilegal el permiso de edificación, teniendo como corolario el sumario
administrativo al conocido Director de Obras, Matías Valdés..
Lo que ha sucedido en nuestro Cerro Barón es elocuente: ha sido azotado por las
inmobiliarias, que aprovechándose de incendios “casuales”, pronto edifican grandes torres
en esos lugares. En muchos de esos casos, los vecinos no tuvimos toda la capacidad
necesaria para reaccionar de la mejor forma. Además, la fractura del tejido social se ha
plasmado en la poca participación, la desconfianza, la apatía y también la ambición, pues
muchos están de acuerdo con esta forma de progreso, pero sin medir las consecuencias
barriales que tiene.
Habiendo ya seguido un largo camino de más de cuatro años en el empeño de proteger
nuestro territorio, hemos visto como ha cambiado la forma de actuar en la administración
municipal. El actual Alcalde Jorge Sharp se ha atrevido a escuchar demanda sobre normar
la edificación en altura a no más de siete metros en nuestro cerro. Su carácter fundacional
con una alta carga histórica, calles estrechas y viviendas que no exceden más de dos pisos,
requiere una norma como esta.
Los doce metros en la norma de altura abren la posibilidad para generar un gran impacto en
nuestros vecindarios. Ya tenemos una posible edificación entre calles Tocornal y Vega, la
cual fue una cuadra con más de diez casas que, por “arte de magia”, se incendiaron,
sacando a varias familias arrendatarias. Este proyecto se trata de edificios de 6 pisos, más
subterráneos, el cual se encuentra emplazado dentro de la Zona de Conservación Histórica.
Como comunidad organizada estamos conscientes de lo que viene; ya sabemos todo lo que
implica una edificación de estas características; hemos sufrido las consecuencias de esto:
las inmobiliarias le han quitado la vida a dos vecinos.

Por lo mismo la propuesta de modificación parcial que planteó la Alcaldía, significaba un
respaldo enorme a las luchas que hemos dado, pues estaba fundamentada en el carácter
soberano de la decisión de quienes habitamos la ciudad. Claramente, este fue el gran punto
de diferencia con lo planteado por los concejales (salvo Ruth Cáceres), quienes buscaban
establecer una norma común de 12 metros en toda la zona de modificación. Si de acuerdo a
todos los argumentos dados por ellos, no podemos llegar a consenso, demostraremos que sí
es posible generar nuevas alternativas para suplir el déficit de vivienda social que existe en
la ciudad, lo cual permitirá visualizar a Valparaíso en sus diferentes necesidades. Sin duda
esto significaría un gran paso para el desarrollo sostenible para nuestra querida ciudad.
Esperamos que las y los Concejales, el Colegio de Arquitecto y la SEREMI MINVU hagan
eco de nuestro llamado a pensar Valparaíso a largo plazo. Es fundamental preservar y
rescatar la ciudad que aún queda, antes de convertirnos en un territorio inhóspito con
enormes problemas medioambientales.

Comunidad de Vecinos Ex Hospital Ferroviario