La revolución de las microfinanzas en la inclusión financiera.
La revolución de las microfinanzas ha sido una proeza de formidables dimensiones en
la historia de la inclusión financiera. El participar en FOROMIC, junto a la satisfacción
que los logros nos permiten, nos anima a una gran impaciencia, por las intolerables
brechas observadas entre los ya incluidos y los todavía excluidos. Las tareas
pendientes son muchas: incorporar a poblaciones vulnerables y marginales, ampliar la
gama de servicios y hacerlos más apropiados a las circunstancias de los clientes, llevar
los costos a niveles razonables y garantizar la sostenibilidad de las entidades. La
agenda del encuentro destaca el papel que las tecnologías de información y
comunicaciones digitales pueden jugar en expandir la inclusión financiera. Estas
tecnologías ofrecen muchas oportunidades y también amenazas. La contribución
esencial de las microfinanzas ha sido la valoración de relaciones directas
personalizadas, mutuamente valiosas, sostenidas en el largo plazo, que crean los
incentivos que gobiernan el comportamiento de clientes y entidades. En el tiempo,
ambos invierten en mantener y fortalecer estas relaciones. En contraste, las nuevas
tecnologías, aunque abaratan y facilitan transacciones, son impersonales y reducen la
proximidad con el cliente.
En el Grupo de la Fundación Microfinanzas BBVA (presente en siete países de
Latinoamérica y en Chile a través de Fondo Esperanza y Emprende Microfinanzas),
pensamos que es necesario encontrar un equilibrio virtuoso entre relaciones y
tecnología (una solución high touch-high tech). La tecnología debe complementar y
reforzar relaciones personalizadas que mejoran el bienestar de los clientes; no pueden
ni deben sustituir relaciones basadas en la confianza y la interacción humana. El futuro
de la inclusión financiera es de quienes logren este balance.