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Crear un entorno que promueva la creatividad y el juego, en un ambiente alegre y grato para los niños, es el principal objetivo de los originales diseños arquitectónicos, con que se está trabajando en la construcción de los nuevos Jardines Infantiles de la Corporación Municipal de Quilpué.

Las obras se encuentran ya en su fase final y se espera que en septiembre sean entregadas, para que comience el funcionamiento de los Jardines “Valle de la Luna” (al interior de la Escuela Manuel Bulnes, en el centro de Quilpué) y “Rayito de Sol” (en el sector de Belloto Norte).

Con una inversión total que supera los $550 millones, los nuevos recintos cuentan con una moderna infraestructura que propende a generar una mejor calidad de vida, favoreciendo la interacción tanto de los niños con sus pares y educadoras, como también con los apoderados, lo que complementa la labor pedagógica y formativa de la comunidad educativa.

Amplia cobertura

Cabe destacar que en la actualidad la Corporación administra 8 jardines infantiles, 7 de los cuales cuentan también con sala cuna, lo que permite dar atención a más de 700 niños, de entre 3 meses y 4 años de edad. A esto se suma la cobertura que entregan los niveles de Educación Parvularia de otros 16 establecimientos municipales, llegando así a cerca de 1.300 niños.

El alcalde Mauricio Viñambres subrayó que esta amplia cobertura es resultado de un trabajo sostenido, que se ha desarrollado conjuntamente por la Corporación y el Municipio, con el objeto de atender una necesidad cada vez más urgente, como es contar con educación y cuidado para los pequeños.

“Hasta el año 2005, en Quilpué y Belloto no había salas cunas para acoger a los hijos de mujeres que necesitaban salir a estudiar o trabajar, mientras que la cobertura en jardines infantiles era muy baja. Al asumir esta administración iniciamos un proceso para implementar educación parvularia en diferentes sectores, logrando ahora cubrir parte importante de esta necesidad”, destacó Viñambres.

A pesar de los avances logrados en los últimos años, el jefe comunal quilpueíno insistió en que es necesario seguir trabajando en esta línea, teniendo en cuenta el sostenido aumento de la población en la comuna.

“Hoy día son cada vez más las mujeres que han asumido el rol de jefas de hogar, por lo requieren contar con un lugar adecuado para que sus hijos estén bien cuidados. Nuestro compromiso está con las familias, por eso queremos potenciar estos jardines y salas cunas, y seguir trabajando para contar con una cobertura aún mayor”, señaló Mauricio Viñambres.

Originales diseños

Respecto de las nuevas obras, el alcalde Viñambres valoró el trabajo desarrollado por los profesionales de la Corporación, que conjuga la visión de las educadoras y el equipo de arquitectura.

“Estos espacios son muy acogedores, donde no sólo se cumple con los requisitos de la normativa, sino que además se favorece la creatividad en un entorno muy agradable para toda la comunidad educativa. Son obras de primer nivel”, comentó.

Claudio Cofré, arquitecto a cargo de las obras, destacó que en cada lugar se buscó potenciar las características de los espacios, integrando el inmueble con el entorno y generando espacios gratos para los niños.

En el caso del Jardín “Valle de la Luna”, en la Escuela Manuel Bulnes, se trabajó sobre las construcciones existentes, en la zona de cota más alta del terreno. “La composición del edificio se presenta en el exterior como una juego didáctico de colores que invitan al movimiento y a explorar el espacio con la mirada y el juego de recorrer cada uno de los espacios. Las terrazas junto con patios a diferentes alturas, ofrecen distintas posibilidades de contemplar áreas contenidas y abiertas, que se descuelgan en la topografía del terreno”, explicó el profesional.

“En las salas se desarrolló un trabajo donde la intención es dar una condición lúdica a cada una de ellas con una materia distinta. Está la sala de los espejos, que permite el juego a través de miradas que se cruzan; la sala de la naturaleza, construida con materiales que señalan cualidades naturales como piedras y vegetación, que permite poner en contacto al alumno con la naturaleza; la geometría también se desarrolla a través de distintas figuras construidas en el cielo y paredes que permiten interactuar con los alumnos y comenzar aprendiendo con las figuras y formas básicas; para terminar con la vía láctea caracterizada por la simulación en el piso y cielo de los planetas”, detalló Claudio Cofré.

En Belloto Norte, el “Rayito de Sol”, sorprende una construcción alegre, donde la techumbre juega con la forma de la topografía del sector, creando una especie de trampolín desde el cerro donde se emplaza.

“La materialidad está construida por el perímetro que lo rodea. Al interior el recinto es contenido por muros perforados en proporción, donde la masa del muro desaparece y se crea un muro abierto gracias a la gran cantidad de perforaciones que recibe, éstas por su tamaño además conforman un lugar seguro, la cubierta y la figura de muros perforados terminan creando un lugar totalmente lúdico, donde los niños acceden sumergiéndose a una superficie a modo de una figura de pecera, donde los muros son las burbujas que flotan hacia el exterior”, explicó el arquitecto de la Corporación.