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Comunicado.

En relación a las últimas declaraciones aparecidas en el diario El Mercurio de Valparaíso con respecto de las llamadas Capacitaciones on Tour de 4 concejales de Villa Alemana.

En dicha nota de prensa se ha tratado de restringir el informe 1762 a un asunto meramente administrativo (la presentación de unos certificados perdidos), dejando de lado el fondo del asunto, cuál es el nulo funcionamiento de los controles al interior del municipio, los administrativos y los éticos y el que finalmente fueran entidades externas al municipio (la denuncia de Ojos Ciudadanos ante Contraloría, el acabado informe de dicha entidad y la amplia cobertura de prensa) los que forzaran las correctas actuaciones. Es evidente que en este caso fracasaron claramente la autorregulación de parte de los concejales, la fiscalización de parte del Concejo municipal y el debido cuidado de los fondos públicos por parte de la alcaldía.

Las declaraciones de los concejales y el alcalde respecto a este caso se concentran únicamente en la presentación de certificados de capacitación faltantes a un congreso de educación celebrado en Cuba el año 2012, soslayando lo objetable de que dichas capacitaciones se celebraran en meses de verano y en sitios de alta demanda vacacional (Brasil, Panamá, Punta del Este, Cuba), que no se acredita en varios casos la utilidad que pudieran tener dichas capacitaciones para la comuna ni que las materias comprendidas hayan guardado relación con las funciones de los concejales, que conforme al informe de Contraloría en algunos casos no se da cuenta de los costos asociados a dichos eventos y no que existieron licitaciones públicas para la contratación de los viajes referidos.

Al respecto, adjuntamos la columna de opinión de la vocera de Ojos Ciudadanos relativo a la falta de controles en el denominado caso de los concejales on tour.

Fundación Ojos Ciudadanos manifiesta que seguirá fiscalizando que los fondos estatales se gasten conforme a los usos que la ley establece en beneficio de todos los chilenos.

 

El reciente 6 de febrero la Unidad de Control Externo de la Contraloría General de República evacuó el informe 1762, que da cuenta de las irregularidades al interior del municipio de Villa Alemana en lo referente a gastos de capacitación, viáticos y viajes al extranjero de 4 concejales en ejercicio en un período comprendido entre el año 2012 al 2015. Asimismo, indica que se ha notificado al alcalde de dicha comuna para que adecue los procedimientos de asignación de estas partidas por haberse comprobado que por lo menos 5 de las partidas investigadas fueron asignadas de manera directa, sin licitación pública y en algunos casos, sin rendiciones posteriores por parte de los concejales.
Las partidas objetadas que deberían ser devueltas por los concejales aludidos ascienden a la suma de 31 millones de pesos, de los cuáles unos 7 están pendientes de certificaciones, esto es, que se entreguen los certificados de asistencia a un congreso de educación en Cuba, cuestión dudosa si se considera que dicho congreso finalizo el año 2012. Asimismo, y de acuerdo al mismo informe, en algunos casos no hay evidencias de la participación de algunos concejales en los seminarios a los que supuestamente asistirían, como tampoco de la utilidad de dichos cursos y giras ni de los beneficios posteriores para la comuna de Villa Alemana. Así por ejemplo, y conforme a dicho informe, en el caso del viaje a Punta del Este, no se acreditó la existencia de antecedentes relativos a proyectos impulsados, financiados o en estudio, que digan relación, estén vinculados o permitan confirmar las acciones y materias que se habrían tratado en las actividades antes enunciadas.

La Unidad de Control Externo de Contraloría ha realizado su tarea, lo cual no deja de ser aliviante y esperanzador: en medio de un clima de desprestigio total de las instituciones y la política en general, verificar que un organismo del Estado funciona y lo hace de manera imparcial, certera y rigurosa nos lleva a pensar en que no todo está perdido. Contraloría, como corresponde, ha sido imparcial, no considera la tienda política a los que pertenecen los concejales aludidos; los elementos enjuiciados en el informe citado son los actos administrativos, las actuaciones, la documentación faltante y los fondos involucrados.
Por lo mismo es que llama la atención el enojo de algunos concejales frente al dictamen, convencidos o tratando de convencernos de que ellos han sido víctimas de alguna conflagración política en su contra. Sin desmerecer el derecho a pataleo que le confiere la ley a los notificados, algunos de los cuáles pudieran acreditar la documentación faltante y dar por zanjada la situación, hay que recordar que Contraloría es un organismo independiente el que investiga y dictamina respecto de la legalidad o ilegalidad de las actuaciones de las personas y carece de elementos de juicio. Contraloría nos deja a nosotros, los ciudadanos observantes, sacar conclusiones valóricas y éticas al respecto.
Así, no deja de llamar la atención el hecho de que 4 de los 5 destinos objetados correspondan a sitios vacacionales: Punta del Este, Panamá, Cuba, Brasil y en meses estivales: enero, febrero y diciembre, meses que usualmente consideramos como las vacaciones de verano en Chile. Si a esto sumamos que en algunos casos no se pudo encontrar evidencias de asistencia a los Congresos ni se constatan rendiciones posteriores, la ciudadanía tiene perfecto derecho a pensar de que se trata de meros viajes de turismo, disfrazados de capacitaciones, tal como ocurrió con otros denuncios realizados por el programa Contacto hace unos meses respecto de las capacitaciones on tour.
Insistimos en que frente a un dictamen de Contraloría siempre existe derecho a apelación, sin embargo, preocupa el que tenga que intervenir un control externo al municipio para que se adopten los procedimientos correctos, regulares y apegados a la ley.
La cuestión de fondo es para llegar a esta situación han fallado previamente todos los controles internos: los concejales, llamados a fiscalizar las actuaciones edilicias, han incurrido en la práctica de no fiscalizar a sus propios pares, ni fiscalizarse a sí mismos, una suerte de colusión respecto de la cual ni siquiera el alcalde puede hacer algo. En efecto, el Concejo decide, entre otras cosas, los destinos, los asistentes a eventos y los montos de los viáticos, de manera completamente discrecional, bastando el voto de mayoría para asignar montos de hasta varios millones para estadías desproporcionadamente breves. Han sido 4 los concejales de Villa Alemana los objetados por Contraloría, los que necesariamente han contado con el apoyo (o el silencio) de los otros 4, ya que el concejo municipal lo componen 8 en total, todos con derecho a voto ¿ O es que nadie se dio cuenta?. Lo visto en Villa Alemana es un poco más de las ya conocidas prácticas corruptas infiltradas el mundo de la política, el secretismo y la complicidad de los pares, tal como ocurrió antes con el financiamiento a la política mediante boletas ideológicamente falsas, o sea, truchas del todo y de uso masivo y generalizado pero respecto de las cuales nadie veía ni sabía nada.
Ello explica el impacto enorme que ha tenido el caso de las capacitaciones on tour en los medios: en un día ocupó las portadas de los principales medios escritos, ha sido tema de debate en radios y los noticieros de televisión y ha generado curiosidad respecto de cómo fue que se abrió la caja de Pandora. Respecto de esto último, el informe de Contraloría se genera a raíz de la solicitud que realizara la fundación Ojos Ciudadanos ante Contraloría en el mes de julio del año pasado. Con información recabada a través de los portales de transparencia, se entregaron antecedentes que concluyeron con el exhaustivo informe 1762 de Contraloría, 7 meses después de ser solicitado.
Digámoslo: la falla de todos los controles internos (los éticos y los procedimentales) fueron el caldo de cultivo para que se generara esta situación al interior del municipio de Villa Alemana como ocurriría seguramente en cualquier parte de darse las mismas condiciones. Así, la duda que nos cabe es la misma que se hacen hoy todos: ¿y que hubiera pasado de no existir estos controles ajenos al municipio? ¿se hubiera siquiera conocido de la situación? ¿en cuántos municipios más estará sucediendo lo mismo?.
Si lo sucedido ha quedado en evidencia ha sido porque controles externos al municipio operaron de manera efectiva para remediar una situación impresentable: una agrupación privada (Ojos Ciudadanos, sin nexo alguno con el municipio) se decide a recabar antecedentes y solicita la investigación, los medios de prensa denuncian y la Contraloría General de la República ejerce ejemplarmente su rol fiscalizador, cada uno realizando su labor de manera independiente han operado en la práctica como controladores externos cuando han fallado catastróficamente los propios controles del municipio. Se trata, sin embargo, de controles que no son permanentes, lo de Villa Alemana ha sido una cuestión aleatoria, toda vez que una organización privada como Ojos Ciudadanos no tiene la capacidad de investigar todas las reparticiones públicas, como hoy demandan algunos.
Sin embargo, el caso también ha dejado algunas lecciones positivas: en primer lugar, lo ocurrido debiera actuar como disuasivo para frenar las futuras malas prácticas en las comunas y otras reparticiones públicas; asimismo, se ha puesto en evidencia el importante rol que el ciudadano común tiene frente al sistema; no solo Ojos Ciudadanos, sino cualquier hijo de vecino puede iniciar acciones fiscalizadoras si tiene compromiso e interés por lo que ocurre a nivel comunal; mas positivo aún es constatar que una institución como Contraloría hace su pega; algo que debiéramos dar por descontado, pero que en medio del desprestigio y la desconfianza con las instituciones no deja de ser alentador y que nos hace pensar sí existe fiscalización. Que la ciudadanía rechace el arte de apañárselo todo o hacer la vista gorda es un principio, pero aún queda mucho por hacer en el camino hacia volver a confiar en las instituciones y a re- encantarnos con la política, porque alguna vez fue así, que yo recuerde.
Marcia Pérez R.
Economista
Vocera Ojos Ciudadanos.