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Los dermatólogos llama a asumir una postura de autocuidado durante esta época y tomar precauciones al inicio de la temporada, que es cuando mayor riesgo hay de que se produzcan lesiones por el sol.

La especialista recomienda el uso de gorros, lentes de sol (de preferencia con filtro UV y UVB), ropa de montaña y productos como bloqueadores, protectores y bálsamos labiales con factor solar igual o superior a 30, debiendo aplicarse media hora antes de la exposición al sol y luego cada dos horas.

La temporada invernal luego comenzá y, con ello, se incrementa fuertemente no sólo la práctica de deportes propios de esta época, como el ski y el snowboard, sino también la aparición de graves y peligrosas lesiones a la piel, asociadas a la exposición al sol en la alta montaña sin los cuidados necesarios.

"Estas lesiones van desde simples resequedades y grietas en los labios hasta la aparición de graves quemaduras en zonas delicadas del rostro –ojos, boca y nariz–, envejecimiento prematuro y surgimiento de lunares, que son uno de los principales síntomas del cáncer a la piel”, explica la dermatóloga,Rebeca Gacitúa.

Por estas razones, la especialista aconseja asumir una postura de autocuidado permanente y tomar precauciones al inicio de la temporada, que es cuando hay mayor riesgo de que se produzca este tipo de lesiones, a través del uso de gorros, lentes de sol (de preferencia con filtro UV y UVB), ropa de montaña y productos para proteger el rostro, como bálsamos labiales, protectores y bloqueadores.

La doctora explica que estos productos deben ser utilizados 30 minutos antes de exponerse al sol y luego repetir cada dos horas, ya que “un número importante de quemaduras se produce ante de la exposición solar y en días nublados, ya que un alto porcentaje de radiación solar traspasa las nubes, dañando la piel”.

La especialista puntualiza que en los últimos años se ha notado un fuerte incremento en el número de pacientes con cáncer a la piel y cada vez a edades más tempranas.

Esos peligrosos lunares

La dermatóloga,Rebeca Gacitúa, recalca que la aparición de lunares es, sin duda, el síntoma más peligroso, ya que éstos pueden ser del tipo cancerígeno (melanoma maligno), producto de la exposición al sol sin los cuidados necesarios. Por esta razón, sugiere estar atentos a su aparición y a los eventuales cambios de éstos en términos de forma, bordes, color y tamaño.

“Generalmente, los lunares benignos suelen ser típicamente redondos y simétricos, mientras que los melanomas malignos, amorfos y asimétricos, con sus bordes irregulares y con un típico color, con sombras café o negras”, explica. Resalta que el diámetro de los lunares malignos es superior a los seis milímetros –casi la mitad de una goma de un lápiz–, en tanto que los benignos generalmente tienen un tamaño inferior.

Cómo prevenir y cuidar la piel en invierno

La doctora recomienda el uso de bálsamos, protectores y bloqueadores solares con un factor igual o superior a 30, y sugiere aplicarlos cada dos horas, sobre todo en zonas que estén expuestas al sol, como labios, cuello, mejillas y pómulos.

"Es importante que los protectores solares bloqueen todo el espectro de la radiación ultravioleta, por lo que es recomendable preferir los que protejan contra los rayos UV y UVB”, agrega Gacitúa.

La dermatóloga advierte que “el daño producto de la exposición a la luz ultravioleta es acumulativo durante la vida de las personas, lo que acelera el envejecimiento cutáneo y puede provocar cáncer de piel. Por lo que el cuidado de la piel debe extenderse todo el año”.

Frente al surgimiento de cambios de lunares y aparición de éstos, y ante un cuadro agudo de quemadura solar, la especialista de Integramédica recomienda acudir directamente al médico. “El tratamiento frente a una quemadura de sol dependerá de la intensidad de ésta, del compromiso y de su extensión”, recalca. Durante el trayecto hasta un centro de salud, recomienda aplicar compresas frías y analgésicos para disminuir el dolor