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Sin lugar a dudas que la parte medular de una buena alimentación es cuando se comienza en edades tempranas.

Es importante que dentro de los hábitos que los niños adquieran desde pequeños esté que se siente a la mesa y coman los alimentos que se requiere.

Cuando un niño tiene más de 3 años y aún no tiene buenos hábitos de alimentación, puede que se requiera un poco más de tiempo para enseñar normas importantes que mejoraran su alimentación.

Es por eso importante que:

Los niños se sientan a la mesa y permanezcan sentados durante la comida. Utilizar los cubiertos, comer solo, no permitir que el niño juegue entre bocado y bocado serán factores claves que ayudaran en su alimentación.

Apaguen la televisión y dediquen el tiempo de la comida a la comunicación familiar.

Todo esto no suele resultar fácil y conlleva paciencia y constancia por parte de los padres y madres. Cuando los niños tienen malos hábitos en edades superiores a los 3 años, lamentablemente, el mal hábito ya está bien establecido. Por lo que erradicar este mal hábito costará un poco más e inclusive puede resultar desagradable tanto para el niño como para los padres.

Recomendaciones familiares

Antes de iniciar piense por un momento si lo que usted quiere que el niño coma, en la familia se consume también. Si no es así, deberá por empezar a hacerlo antes de querer cambiar a su niño.

De otra manera él si lo debe hacer y los demás no. Una vez logrado eso pruebe lo siguiente:

1) Presente al niño su plato con la misma comida que el resto de la familia.

Explíquele que deberá comer lo que comen todos en la familia. No se exalte al explicarle esto, solo explíqueselo con calma pero con firmeza. Si convierte esto en una guerra lo que provocará es que el niño se moleste y no quiera sentarse a la mesa sin hacer una rabieta cada vez. El niño probablemente llorará; cuando suceda esto no lo regañe sino que pídale de buena forma que haga lo que se le pide. Cuando haya terminado la hora de comer se le retira el plato al niño sin ningún reproche.

Evidentemente si el niño no comió tendrá hambre y faltará para rato para su próxima comida. En este caso lo más importante será ofrecer al niño un trozo de fruta, sin embargo nada muy abundante porque se quiere que tenga hambre para la próxima comida.

A la hora de la próxima comida se repite lo mismo. Dele el plato con la comida que todos van a comer. Siempre con calma, sin reclamar lo que paso en la comida anterior. Si no come se retira el plato y se espera a la próxima comida.

No se altere, porque, aunque su niño probablemente no comerá bien por un día o dos no morirá de hambre. Lo más importante es que aprenderá a que no tiene opción y empezará a comer los alimentos.

2) Es muy importante buscar un tiempo para compartir con el niño a diario.

De manera que el sepa que tiene a alguien que lo ama y que desea lo mejor para él. Recuerde que muchas veces ambos o alguno de los padres trabajan todo el día y el único momento que tienen para compartir con sus padres es la comida, de manera que esto puede provocar que el niño busque llamar la atención y haga siempre rabietas. Por el contrario si el niño sabe que sus padres lo acompañan y le dedican tiempo no necesitará de esos mecanismos para pedir cariño y atención. Juegue con su niño, leále un libro etc.

Recuerde todos deben comer sanamente de manera que no se deba hacer platos especiales para los niños. Poco a poco ellos tienen que aprender a comer lo que se come en casa. La única diferencia es la textura de los niños más pequeños y los alimentos que producen alergia que se deben evitar hasta después del año (huevo, pescado, tomate, semillas, etc.).

Conclusión

Muchas veces los niños, como mencionamos anteriormente, buscan llamar la atención con los alimentos. No caiga en el juego de preparar platos especiales porqué es el cuento de nunca acabar. Busque en cambio la manera de estar más tiempo con el niño para cubrir esa llamada de atención.

No dé al niño premios ni castigos con la alimentación. Lo único que debe saber el niño es que su padres los aman y quieren lo mejor para él.

Recuerde siempre que muchas veces el problema primordial es que el niño consigue la atención, buena o mala, de los padres a través de la comida. Por lo que si no se soluciona esto de primera entrada será mucho más difícil conseguir el objetivo de la alimentación. Pase tiempo de calidad con ellos sin que estén alterados o apresurados.

Explíqueles a los niños porque es importante comer bien, dígales que les ayudará a crecer a ser fuertes, que no se enfermarán etc., puede usar juegos para explicarles esto. Recuerde que los niños son muy inteligentes y comprenden mucho más de lo que creemos.