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Según la Organización Mundial de la Salud, los altos índices de obesidad de niños y
adolescentes a nivel mundial, entre los 5 y 19 años, han aumentado casi 10 veces en los
últimos 40 años.
Más aún, el último Reporte de Salud de Chile de la OCDE advirtió que el alto nivel de
obesidad y sobrepeso en niños es una “bomba de tiempo", ya que la cifra nacional es de
casi un 45%, superando el promedio internacional de un 20%.
Por ello, a la hora de volver a clases, un desayuno saludable es la base para comenzar el
día. Sin embargo, muchos padres envían junto al almuerzo, algunas colaciones y snacks
que no debieran representar más allá del 15% de las calorías totales que requiere un niño
al día según la séptima edición del estudio Chile Saludable.
El nutricionista de Clínica RedSalud Providencia, Roberto Gabarroche, entrega algunos
consejos a los padres para lograr una alimentación balanceada durante el inicio del año
escolar:
¿Cómo ordenar la alimentación de tus hijos?
Según explicó el experto, es clave retomar el hábito del desayuno en caso de que éste se
haya suspendido durante las vacaciones. “Esta primera alimentación es esencial para un
buen rendimiento escolar y mejorar la concentración durante la jornada de clases”,
aseguró.
Si el colegio no entrega la alimentación, Gabarroche explicó que “el almuerzo, debe ser
planificado con anticipación, para incluir todos los nutrientes necesarios. Lo ideal es armar
un calendario con las comidas diarias que tengan verduras, carbohidratos, legumbres,
huevos, pescados, carnes blancas y de vacuno de bajo contenido en grasa”.
Trabajo en familia
El especialista de Clínica RedSalud Providencia, recomendó incorporar estos cambios
alimenticios y de hábitos saludables a todo el grupo familiar, de tal manera que se
practique con el ejemplo. “Todo el núcleo familiar debe consumir verduras y frutas a
diario, consumir líquido de manera regular y realizar actividad física en forma constante y
frecuente”.
¿Cómo planificar la semana?

Lo ideal es que en el grupo familiar se defina un orden para la alimentación de la semana
que sea equilibrado. Al momento de cocinar -agregó el nutricionista- se recomiendan
platos preparados al jugo, horno, plancha o parrilla, evitando las preparaciones que
incluyen frituras.
Se sugiere incluir a la semana un plato de legumbres 1 o 2 veces por semana, sumar
pescados frescos o enlatados al agua mínimo 1 vez por semana, además de carnes blancas
como pollo o pavo, 2 a 3 veces por semana. En el caso de las carnes rojas, deben ser de
bajo contenido en grasas (posta, asiento o lomo liso), incorporadas en guisos, verduras
rellenas o salsas naturales 1 vez por semana.
Los huevos son una buena fuente de proteína, por lo que Gabarroche sugiere comerlos 3 a
4 veces por semana incluidos al desayuno, almuerzos o de colación. También es
importante consumir carbohidratos de forma diaria, arroz, fideos, pan, galletas de
salvado, papa y quínoa, privilegiando aquellos que son integrales.
En el caso de las verduras, se debe consumir 2 platos al día en diversas preparaciones:
ensaladas, guisos, tortillas, omelette, budín, sándwich, pizza o fajitas, incluyendo 3 colores
distintos por vez. Las frutas también son esenciales, ya que se deben incorporar en la
dieta, mínimo 2 porciones diarias distribuidas a la hora de postre o como colación.
Respecto del aceite, el experto advierte consumir el mínimo posible, permitiendo
principalmente su uso para sofreír verduras. Dentro de este grupo se consideran la palta y
frutos secos que, por su elevado contenido calórico, se debe moderar su consumo.
¿Qué tan importante es la colación?
Si se incluye a diario un desayuno balanceado, la colación no debería ser un elemento
esencial en la alimentación del niño, afirmó el nutricionista de RedSalud. “Considerando
los altos índices de sobrepeso y obesidad en la población escolar y como es un hábito tan
arraigado en este grupo, es importante incluir productos o alimentos de baja densidad
calórica, es decir, que contengan un bajo aporte calórico por porción a consumir”,
destacó.
De esta manera, la colación debiera incluir un lácteo descremado y sin azúcar (yogurt,
leche, quesillo, queso fresco), además de frutas con mayor contenido de agua como el
melón, sandía, durazno, manzana, naranja, mandarinas, piña, pepino o ciruela, ya que
ayudan a la hidratación y son una buena fuente de energía, vitaminas, minerales y fibra
dietética.
Otras opciones son un sándwich en pan integral con quesillo o jamón de pavo
acompañado de lechuga y tomate, más agua saborizada naturalmente con trozos de fruta;
un huevo duro más una fruta de la estación o un mix de verduras (varitas de apio,
zanahoria) más un yogurt diet.