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El consumo de comida chatarra y los malos hábitos alimenticios han puesto en jaque la salud de
las personas, siendo el hígado uno de los principales órganos afectados. Y es que muchas veces se
obvia que su función es primordial para la vida. El Dr. Iván Aguancha, gastroenterólogo de Clínica
Ciudad del Mar, explica qué es y cómo se reconoce el hígado graso, además de dar
recomendaciones para evitarlo.
En los últimos años, la cantidad de chilenos que padecen de esta enfermedad ha ido en aumento,
teniendo hoy en día una prevalencia del 20%-30% en la población general, de acuerdo a la
Organización Mundial de la Salud.
El hígado graso ―o esteatosis hepática― es una patología en la que se produce una acumulación
de ácidos grasos y triglicéridos en el hígado, provocando un estrés oxidativo, con la formación de
radicales libres de oxígeno y la síntesis de sustancias inflamatorias (citocinas) que pueden llevar a
la progresión de esta enfermedad, desde la acumulación de grasa (esteatosis) hasta cirrosis.
“Generalmente, el hígado graso es una patología asintomática que se detecta por la realización de
exámenes de imágenes abdominales (como ecografías) o por alteración de las transaminasas en
chequeos de salud”, destaca el gastroenterólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Iván Aguancha.
Esta patología afecta por igual a hombres y mujeres, sobre todo en las personas mayores de 45
años, y que tienen un índice de masa corporal (IMC) mayor a 28 kg/m2. Asimismo, es frecuente en
pacientes con triglicéridos elevados y en presencia de enfermedades asociadas, como la obesidad
y la diabetes.
Cómo reconocerlo
Si se pregunta sobre si esta enfermedad aparece de un día para otro, hay que especificar que tiene
tiempos diferentes de manifestación, dependiendo del factor que incida en su desarrollo. En este
sentido, el consumo de alcohol genera rápidamente hígado graso, a diferencia de lo que ocurre
con otros factores metabólicos, como la obesidad y diabetes.
“El consumo de alcohol era considerado como la primera causa del hígado graso y cirrosis; sin
embargo, con los malos hábitos nutricionales, las enfermedades metabólicas aumentaron, y hoy la
obesidad es considerada como la principal causa de este mal hepático”, recuerda el doctor
Aguancha.
Además, comenta el gastroenterólogo, 75% de los obesos no consumidores de alcohol, con
diabetes, resistencia a la insulina y dislipidemia, padecen de esta enfermedad. “Otras causas
pueden ser condiciones nutricionales (bypass yeyuno-ileal, nutrición parenteral total, ayuno
prolongado, entre otros) o medicamentos de uso crónico (corticoides, antinflamatorios,
tamoxifeno o metotrexate).

“Hay que tener en cuenta que inicialmente esta condición no presenta síntomas, por lo que es
muy importante estar informado al respecto y reconocer los factores de riesgo mencionados para
poder tener una actitud preventiva”, enfatiza el doctor Aguancha.
El cuidado y la prevención
El tratamiento del hígado graso consiste en el manejo de la patología metabólica que lo produce,
es decir, manejar la obesidad, la dislipidemia, la diabetes y los niveles de insulina, entre otros,
además de moderar el consumo de alcohol.
Lo anterior se logra por medio de una dieta equilibrada, rica en vitaminas, fibras y líquido,
especialmente agua, y la realización de actividad física.
“Pese a los diferentes estudios que hay hoy en día respecto al hígado graso, aún no hay un
tratamiento definido para dicha patología, ya que los resultados con diferentes medicamentos no
son concluyentes. Se sabe que en la población diabética, el consumo de medicamentos como la
metformina y vitamina E podrían tener efectos beneficiosos”, explica el gastroenterólogo de
Clínica Ciudad del Mar.
Prevención
Siendo una enfermedad asintomática, es esencial realizar exámenes de chequeos preventivos
donde se incluyan las pruebas hepáticas, de modo que se pueda diagnosticar y corregir de manera
precoz el hígado graso.
Además, sabiendo que las principales causas son metabólicas y sobre el consumo de alcohol, hay
que mantener un peso adecuado, una alimentación balanceada, disminuyendo hidratos de
carbono y grasas, y aumentando la actividad física, ya que al disminuir la obesidad, disminuye su
incidencia de manera importante.
Consejos
El gastroenterólogo de Clínica Ciudad del Mar, doctor Iván Aguancha, entrega una serie de
recomendaciones para poder prevenir este mal.
Así, el especialista indica que todo paciente con variación de las enzimas hepáticas o
transaminasas (GOT y GPT) por más de 6 meses, debe acudir a un gastroenterólogo, para que
descarte otras causas de alteración hepática, diferentes a las metabólicas, como son las hepatitis
crónicas B y C, enfermedades autoinmunes, enfermedades por depósito de hierro y cobre, entre
otras.
Habiendo descartado otras causas de alteración en las pruebas hepáticas, se debe realizar un
manejo multidisciplinario de las enfermedades metabólicas, que incluye el tratamiento con
nutricionistas, endocrinólogos y gastroenterólogos, además de mantener un peso adecuado
evitando el sobrepeso y la obesidad, limitar el consumo de alcohol y aumentar la actividad física.

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