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Entregan titulo de dominio,a damnificados de megaincendio en Quilpué.

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José Luis Balmaceda Jarufe, psicólogo explicó el trabajo que se desarrolla en el
programa de dependencia a alcohol y drogas de la Unidad de Salud Mental del
Hospital de Quilpué.

La Unidad de Salud Mental del Hospital de Quilpué atiende a sus pacientes de
acuerdo a su rango etáreo, en los programas infanto juvenil y adulto
respectivamente, no obstante existe un programa especializado por
diagnóstico que atiende a personas con dependencia o consumo problemático
de alcohol y drogas.
El Programa de Dependencias de la Unidad de Salud Mental está conformado
por la médico psiquiatra, Marcela Flores, el psicólogo José Luis Balmaceda y
por el trabajador social Miguel Stuart. Juntos desarrollan un trabajo integral
biomédico y terapéutico que permite acoger y ayudar a sus pacientes a
reconstruir la estructura de su vida que les permita dejar la adicción y
mantenerse en esta actitud.
Según explicó el psicólogo José Luis Balmaceda, el Programa atiende a
personas mayores de 19 años, provenientes de las comunas de Quilpué y Villa
Alemana, que presentan adicción o uso problemático a las drogas y/o al
alcohol. Se trata de pacientes derivados desde la Atención Primaria, ya sea
porque la atención médica en esos dispositivos considera la necesidad de
ingreso a un programa de nivel de atención secundaria, o porque en las
mismas consultorías que realizan psiquiatras de la Unidad de Salud Mental del
Hospital en los consultorios, establecen la necesidad de derivación a esta
unidad.
“Hacemos una entrevista de ingreso en la etapa inicial en la que participamos
los tres profesionales, etapa en la cual se establece el diagnóstico.
Dependiendo de las necesidades y el diagnóstico del paciente, pasa a una
atención psicosocial o familiar que es realizada por el trabajador social, Miguel
Stuart, quien ve la orientación familiar, el manejo de la abstinencia, el manejo
de la co-dependencia en el caso de la familia, si requiere o no visita
domiciliaria. Yo veo la atención psicológica que tiene que ver con la terapia, la
estabilización anímica, el manejo de algunas herramientas de abstinencia y
control y Marcela Flores lo biomédico, lo que tienen que ver con fármacos,
recetas y controles, también dependiendo de las necesidades de cada caso”,
comentó.

Voluntad de los pacientes.

En el tratamiento de estos pacientes se produce una distinción importante
entre quienes presentan una evolución positiva hasta que son dados de alta y
quienes tienen un perfil más crónico para quienes se requiere mantener el
acompañamiento. “En general tengo una visión bien positiva del tratamiento
pero también somos conscientes de que va depender mucho de la voluntad de
los pacientes, de las ganas que tienen, aquellos que muestran la intención de
cambiar y la voluntad de hacerlo y que uno se da cuenta que hacen esfuerzos
para eso. Pero yo tengo una visión bien positiva porque con lo que nosotros
contamos, con el tiempo que el equipo puede verlos, creo que tenemos
bastantes buenos resultados” comentó José Luis.
La mayoría de los personas que son atendidas en la Unidad y son dados de
alta, es porque han logrado el objetivo de salir de su adicción o uso
problemático y lo mantienen en el tiempo. Lo más importante en ese sentido,
es mantener la adherencia al programa pues muchos pacientes dejan el
tratamiento inconcluso o lo cortan perdiendo la continuidad. “Tenemos que
generar una buena tolerancia a la frustración para evitar la deserción al
programa” advierte el profesional que asegura que el equipo trabaja
fuertemente en este aspecto.
En la relación con su entorno y la reinserción a su medio familiar y social, es
importante que quienes salen delante de un estado de dependencia a este tipo
de sustancias sientan que ellos son capaces de lograr avances, seguir adelante
y no volver a las prácticas anteriores. “Ellos tienen la posibilidad de cambiar y
ese es un mensaje para la sociedad, darles una oportunidad a personas que
han tenido una enfermedad, porque vemos la adicción como enfermedad, que
se recuperen y puedan realizar una vida normal”.

Base valórica y efectiva.

“Cuando uno ingresa a trabajar en el tema de adicciones – comenta José Luis
Balmaceda- suele enfocarse en lograr la abstinencia total y a generar el
discurso de lo malo que son las drogas. A través del tiempo uno se va dando
cuenta que lo adictivo, el depender de algo es un modo de vivir. Las personas
en general necesitan depender de ciertas cosas y con los años uno va
entendiendo que en la base de todas las personas que generan adicciones, hay
una dificultad para relacionarse con la vida misma, para desarrollar su
autonomía, para ser independientes, para ser individuos, y siempre están
necesitando de muletillas que pueden ser las relaciones emocionales con otros,
las drogas, el alcohol como una forma de poder paliar la dificultad que tienen

para relacionarse con la vida” explicó el profesional acerca del aprendizaje que
ha tenido durante diez años de recorrido terapéutico, junto a estos pacientes.
En esta Unidad se les ayuda a rearmarse en la vida, a aprender a vivir sin
muletillas, a hacerse cargo de sí mismos. Cuando no se logra, el dejar de
consumir no es suficiente para mantener la abstinencia o los logros en alguna
etapa del tratamiento. “Y es que cuando la persona entiende por qué llegaron a
consumir, porqué llegaron a ser adictos y porqué les costaba tanto relacionarse
con las cosas de la vida, el éxito del tratamiento es más probable”, detalló el
psicoterapeuta.
“Creo que la mejor manera de prevenir es ayudar a los niños desde pequeños
a entender sus emociones, a ser autónomos y eso no quiere decir que no se
preocupen de nada ni de nadie, sino a relacionarse de una manera más sana
con su medio, a descubrir sus propios espacios, a no depender
emocionalmente de los demás, a desarrollar habilidades para controlar las
emociones, para regularlas, eso es esencial en la base para poder prevenir.
Quizás todos vamos a experimentar en la vida algún tipo de consumo, pero
cuando hay una base principalmente valórica y afectiva fuerte, una estructura
de soporte, es muy probable que esa persona logre salir adelante y no quedar
atrapada en alguna adicción”.