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En esta época, los virus y bacterias se multiplican y las defensas del organismo bajan a causa de distintos factores típicos de la estación, como los bruscos cambios de temperatura. La Dra. Mónica Gutiérrez, broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar, entrega algunos consejos de cuidado para enfrentar las enfermedades respiratorias más habituales, como lo son los resfríos comunes, gripe, influenza, faringitis, bronquitis y neumonía.

A diario estamos expuestos a virus y bacterias, pero durante la transición del otoño al invierno estos agentes se multiplican y nuestras defensas bajan por el frío y los disímiles cambios de temperatura, provocando el surgimiento de diferentes patologías respiratorias.

Este tipo de enfermedades afectan desde la nariz hasta los pulmones, de manera corta pero intensa o prolongada con una evolución errática. Si bien pueden aquejar durante cualquier época del año, cuando bajan las temperaturas hay un aumento y la población queda expuesta a los contagios.

La Dra. Mónica Gutiérrez, broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar, señala que todas las personas están propensas a sufrir afecciones respiratorias, pero que quienes presentan un mayor riesgo son aquellas en contacto directo con otros enfermos, por hacinamiento o trabajo.

“Los que están más expuestos a complicaciones son los adultos mayores, embarazadas, pacientes que presentan enfermedades crónicas y los que están en tratamientos que disminuyen las defensas naturales del organismo. Es por esto que es muy importante la vacunación antigripal y antineumococo en los grupos descritos”, indica el profesional.

En este sentido, la broncopulmonar explica en qué consisten las principales patologías de la época de frío:

Resfrío común. Se presenta con aumento de secreciones nasales, obstrucción del paso de aire por la nariz, estornudos y dolor de garganta, es frecuente que se acompañe de tos y sensación de molestia en el pecho, sin fiebre en adultos, con síntomas que duran como máximo una a dos semanas.

Faringitis. En esta época, además es muy frecuente tener irritación de la faringe, dolor al tragar saliva o alimentos, síntomas propios de la faringitis y que puede ser causada por diferentes infecciones virales, como el resfrío común o la influenza. Cuando no se acompaña de manifestaciones generales como fiebre y decaimiento, suele ser restringida a un tiempo determinado. Su tratamiento es sintomático, y puede ayudar la ingestión de líquidos o dulces que estimulen la producción de saliva para mantener la faringe húmeda. Si hay fiebre, o no pasa luego de unos días, debe consultar un médico.

Influenza. Se trata de un cuadro más grave, cuyos efectos pueden dejar a una persona inhabilitada para hacer su vida normal por varios días. Se caracteriza por fiebre alta mayor a 38,5°, calofríos, mucho decaimiento y dolor muscular. Suele existir intenso dolor de cabeza, congestión nasal y dolor de garganta. Es causada por el virus de la influenza, y puede presentar complicaciones graves, especialmente en personas mayores y niños. La fiebre dura 3 o 4 días en la mayoría de los casos, pero el decaimiento puede demorar hasta tres semanas en mejorar. “En caso de tener estos síntomas, consultar a un médico en las primeras 24 a 48 horas, pues se podría utilizar una terapia antiviral para acortar la duración de la enfermedad”, precisa la especialista de Clínica Ciudad del Mar.

Bronquitis Aguda. Es la inflamación de los bronquios que puede estar dada por los mismos virus que provocan el resfrío o la gripe, y menos frecuentemente, por infección bacteriana. Se manifiesta con tos seca o con flemas, sensación de pecho apretado, además de fiebre leve, dolor de cabeza y compromiso nasal. En algunos casos, la bronquitis se complica con obstrucción bronquial, presentado falta de aire al respirar, en cuyo caso requiere de control médico para tratamiento específico

Neumonía. Es una de las enfermedades más graves. Es una infección del pulmón, causa de muerte especialmente en ancianos y niños pequeños. También las personas con algunas enfermedades crónicas respiratorias, cáncer y diabetes mellitus, entre otras, tienen un riesgo aumentado de complicaciones por esta patología que comienza con fiebre alta y mucho decaimiento, o de manera paulatina con poca fiebre, tos persistente y decaimiento leve. Estos síntomas persistentes, especialmente si se agrega dificultad en la respiración, alteración del estado de alerta de la persona y/o dolor al respirar deben motivar consulta en Servicio de Urgencia.

Estornudar o toser tapando la boca y la nariz con el antebrazo, junto al lavado de manos, son consejos muy importantes para la prevención del contagio de enfermedades respiratorias.

La broncopulmonar de Clínica Ciudad del Mar, Dra. Mónica Gutiérrez, concluye que cuando los síntomas empeoran, se observa dificultad o dolor para respirar, aparece sangre con la tos o denota una alteración del estado mental, además de los pacientes que tienen una enfermedad crónica, o un sistema inmunológico debilitado, se hace urgente el control médico.

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